El corredor de los agravios

Corredor Mediterráneo ya 8Vicente Boluda presentó el mecanismo de control de una obra para que el Gobierno español no la dilate más.

Corredor Mediterráneo ya 8Vicente Boluda presentó el mecanismo de control de una obra para que el Gobierno español no la dilate más. / MIGUEL LORENZO

NACHO HERRERO / VALENCIA

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El Corredor Mediterráneo tiene un modelo ferroviario claro, una doble plataforma de ancho internacional. Tiene también un recorrido, el que va de Algeciras a Portbou casi paralelo a la costa. Igualmente hay una fecha prevista de finalización, 2025. Pero no es la primera que se pone. Por eso hay dos grandes agravios, que en realidad son ya cuatro, y tiene al menos una decena deberes ineludibles para los próximos 23 meses.

La eterna queja es el retraso. Se trata de una infraestructura ideada a principios de los 90 pero no fue hasta 2010 cuando la UE le dio un primer impulso al incluirlo en la red de corredores multimodales. El proyecto de Fomento aseguraba que sería una realidad entre la frontera y Murcia en 2016 pero desde entonces las promesas incumplidas se superponen con las excusas. Ahora este agravio es doble, pues mientras el trazado mediterráneo avanza a trompicones se potencia el ramal central, que pasa por Madrid y que el Gobierno logró ‘colar’ a la UE como parte del corredor. Eso permite destinar parte de los fondos europeos a obras como el túnel entre las estaciones madrileñas de Chamartín y Atocha.

El segundo gran lamento es que el proyecto se ha descafeinado tanto que no se sabe en qué acabará. Vistos los retrasos, se decidió recurrir el llamado ‘tercer hilo’, un tercer carril que reconvirtiera el ancho ibérico al internacional a modo de parche, pero el miedo ahora es que se quede así para siempre. Y esta limitación crea nuevos agravios como que cuando en breve Valencia y Castellón queden conectadas por AVE no lo estarán por alta velocidad. En lugar de trenes circulando a cerca de 300 km/h, la velocidad media de los convoyes no pasarán de los 160 km/h, lleven el logo que lleven.

LOS DEBERES HASTA EL 2018

Instituciones y lobis de empresarios han hecho frente común para aumentar la exigencia y la vigilancia de las obras. Desde la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), se hace un seguimiento semestral y, según sus cálculos, hay al menos una decena de actuaciones que hay que acabar antes del final de 2018.

En esa fecha debe estar completado el ‘tercer hilo’ entre Mollet y València. También, por ejemplo, se debe haber convertido a ancho mixto el tramo entre Martorell y Castellbisbal. Igualmente se debe acabar la línea entre Tarragona y Vandellòs, aunque sea de ancho ibérico. Siguiendo hacia el sur, deberá estar acabada una plataforma de ancho internacional entre València y Lorca. Dentro de ese objetivo, se espera que antes de final de 2017 esté en servicio el triángulo doble de La Encina, uno de ancho internacional y otro ibérico. Antes del 2019 se debe haber conectado Lorca con Almería, al menos con una vía internacional.

Ya en Andalucía, la idea es culminar la conexión con una plataforma de Granada y Bobadilla y crear un tercer hilo entre Algeciras y Granada. Pero, además, en estos veintipocos meses se deben construir o mejorar los accesos a los puertos de Barcelona, Tarragona, Castellón, Sagunto, València y Alicante, así como los que llevarán a nódulos industriales como Logis Empordà, Parc de Sagunt o la Ford en Almussafes y construir dos estaciones intermodales en la Fuente de San Luis y Xàtiva. Otros hitos como el túnel pasante de València o la estación del AVE en el aeropuerto de Girona aún son un sueño sin concretar.