BALANCE NEGATIVO

Las muertes de tráfico en Catalunya se han disparado un 42% este año

accidente

accidente / ACN /GERARD VILÀ

Rafa Julve

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"Estamos en una situación de emergencia viaria", ha avisado este miércoles en rueda de prensa el director del Servei Català de Trànsit (SCT), Juli Gendrau. Y no lo ha dicho una sola vez, sino varias, pues los datos son "alarmantes". Las muertes en accidentes de tráfico se han disparado en Catalunya el 42% entre enero y junio de este año si se compara con el mismo periodo del 2017. Un total de 92 personas han perdido la vida en la carretera en los últimos seis meses frente a las 65 del año pasado. Los festivos y sus vigilias se consolidan además como los días negros en la carretera con un crecimiento del 90% de los fallecimientos en esas jornadas, y la manía de pisar más el acelerador gana enteros en el grupo de los factores culpables.

Porque "velocidad, alcohol, drogas y distracciones (llámese móvil especialmente)" son los cuatro ingredientes principales que provocan ese cóctel nocivo, ha resaltado el ‘conseller’ de Interior, Miquel Buch, que ha apelado a la responsabilidad de los conductores pero también ha resumido algunas medidas que tomará su departamento para atajar esa preocupante dinámica. De todas ellas, la que se lleva el primer titular será la instalación este verano de tres nuevos radares de tramo, dos de ellos en la A-2, entre Jorba y Argençola (en uno y otro sentido), y otro en la AP-7, entre Santa Perpètua de la Mogoda y Mollet del Vallès.

De esta manera serán ya 146,44 kilómetros (de los 12.000 que tiene la red viaria catalana) los que estarán revisados por 30 cinemómetros de control de velocidad media. Y que conste que la medida se aplicará no con afán recaudatorio, ha venido a insistir el 'conseller' Buch, pues se ha apresurado a constatar que los radares se colocarán en los tramos donde se registran más accidentes y que la instalación de estos dispositivos es garantía de que se reducen los accidentes allí donde se colocan. En datos: en los tramos con radares se han reducido los siniestros un 59%, mientras que estos han crecido un 77%donde no hay dispositivos de control.

Más presencia policial

Interior mantendrá asimismo otros métodos como la separación de los sentidos de la circulación en carreteras como la C-55 "aunque eso provoque retenciones", reforzará las campañas de concienciación y extenderá hasta el próximo mes de octubre un "plan de contención" que los Mossos empezaron a aplicar el pasado mes de abril al comprobar que la siniestralidad se disparaba, pues a principios de año el incremento de la mortalidad en carretera era del 72%. Dicho plan de control consiste en un aumento de la presencia policial en 103 tramos de la red viaria que tienen una longitud media de 21 kilómetros y "representan el 42% de la movilidad", ha explicitado Gendrau. Hasta la fecha, ese aumento de la vigilancia policial en un 37%  ha permitido reducir la mortalidad en un 17% respecto del periodo anterior.

En total, son cerca de 1.200 los Mossos d'Esquadra que controlan las carreteras catalanas, ha detallado el jefe de la comisaría general de movilidad de la policía autónoma, Vicenç Gasulla, que no ha querido entrar a debatir sobre si se requieren más agentes para frenar la "situación de emergencia" porque en lo que más han querido insistir los representantes de Interior es en la concienciación de la ciudadanía.

La aplicación del carnet por puntos y el descenso de los desplazamientos a raíz de la crisis económica fueron dos factores clave para conseguir muy buenas cifras en la reducción de la mortalidad viaria en los últimos años, pero la recuperación financiera y una cierta relajación en la percepción de los accidentes de tráfico, sumada al incremento del uso de los aparatos tecnológicos, han echado al traste muchos de estos logros. De hecho, Interior se fijó hace unos años que las muertes en carretera en el 2020 fueran la mitad de las que se produjeron en el 2010, pero el propio director del SCT ha rebajado las expectativas, pues por ahora la bajada está en solo un 16%.

En otras ocasiones se ha buscado repartir las culpas, especialmente acusando a otras administraciones del mal estado de algunas carreteras o de no solucionar los puntos negros de algunos tramos, pero esta vez la 'conselleria' se ha centrado en percutir contra los automovilistas. El único dato positivo es que entre enero y junio no hubo ninguna muerte de ciclistas. Por lo demás, todo son incrementos que llaman al pesimismo: 11% más de muertes por culpa de la velocidad, 12% más por el consumo de drogas...

Tarragona y Lleida, cruz y cara

La provincia de Tarragona registró entre enero y junio un incremento de la mortalidad en carretera del 130%, con 23 muertes frente a las 10 del mismo periodo del año pasado. Cuantitativamente, no obstante, fue Barcelona la que registró la cifra más alta, con 40 fallecidos (+43%). En Girona fueron 15 (+36%) mientras que Lleida fue la única donde se registró un descenso (14 frente a 16).