LA REINA DE AUSTRALIA

Caroline Wozniacki, la dulce campeona de Melbourne

La tenista danesa recupera el número 1 mundial y conquista su primer Grand Slam en una durísima batalla con Simona Halep

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Jaume Pujol-Galceran / Barcelona

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Estrujó la copa como quien tiene en brazos al bebé más precioso del mundo. "Perdonadme, pero estoy comprobando que la tengo, que  es verdad", dijo Caroline Wozniacki a los 15.000 espectadores que llenaban la Rod Laver Arena. Por fin. Después de 12 años y medio como tenista profesional, 67 semanas como número 1 mundial, dos finales del Grand Slam perdidas en el Abierto de Estados Unidos (2009 y 2014) y 811 partidos disputados, la dulce sonrisa de esta rubia danesa, de origen polaco, brilló como nunca en la noche de Melbourne Park, tras conquistar en Australia por fin su primer Grand Slam.

Lo logró a los 27 años y tras imponerse por 7-6 (7-2), 3-6 y 6-4 en una emocionante y espectacular final a la rumana Simone Halep que, igual que ella, también aspiraba a ganar su primer gran título pero que deberá esperar otra oportunidad después de perder en una apasionante batalla de 2 horas y 50 minutos.

Un 'thriller' de alta intensidad con un guion que no se resolvió hasta los últimos dos puntos del partido. Dos puntos espectaculares, fiel resumen del partido. Wozniacki, corriendo de un extremo al otro de la pista, devolviendo los tiros de una Halep renqueante, lesionada, que lanzaba la bola amarilla con rabia y que la tenista danesa, también con molestias en la rodilla, devolvió una y otra vez, cuando parecía imposible, hasta caer de su lado.

Una batalla que comenzó desde el primer punto bajo un calor sofocante (42 grados), a pesar de jugarse en horario nocturno. Un partido en el que Halep tuvo que ser atendida por una bajada de tensión en el segundo set, que acabó ganando con calambres. Un partido que se paró 10 minutos por la norma del calor antes de comenzar el tercer y definitivo set en el que Wozniacki, después de mandar 2-0, vio como Halep le remontaba 4-3, hasta que pudo darle la vuelta definitiva. 

A ritmo de Neil Diamond

Un auténtico espectáculo entre dos tremendas campeonas que merecían llevarse la victoria por igual, que se negaban a rendirse. Un partido que Wozniacki recordará como el mejor día de su vida mientras Halep no olvidará en mucho tiempo. "Siento haberte ganado. Se que ha sido un día muy duro para tí», le confesó Wozniacki tras la victoria. «Ya veis por tercera vez se me ha escapado", les dijo a su equipo, recordando las finales perdidas en Roland Garros (2014 y 2017), decepcionada pero también, seguro, orgullosa.

"Dulce Caroline/ Dónde comenzó/ no puedo ni empezar a saberlo/ Pero se que está creciendo con más fuerza/ Oh! dulce Caroline/ Los buenos tiempos nunca parecieron ser tan buenos / Me inclinaba a pensar que nunca lo serían/ Pero ahora...", dice la letra de la canción de Neil Diamond que los aficionados coreaban mientras sonaba en un descanso del partido de cuartos entre Wozniacki y Carla Suárez. Una letra hecha realidad en una noche mágica para la tenista danesa que después de una década recuperó el número 1 ganando su primer Grand Slam, un par de meses después de ganar el Masters.

Premio a las decepciones

El mejor premio al esfuerzo y sacrificio de una tenista que hace apenas un par de años se planteó la retirada por una lesión de espalda. Premio a una jugadora que apartó el tenis de su prioridad de vida cuando inició una relación sentimental con el número 1 del golf, Rory McIlroy, que la abandonó en casi en el altar. Que recupero su alegría de vivir junto a David Lee, jugador de los Spurs de la NBA,  en la grada y que la besó ante la cámara de los fotógrafos. "Tú me has dado la calma", le dijo feliz.  

Dulce Caroline, amiga de Serena Williams, a la que acompañó durante semanas cuando la estadounidense estuvo a punto de morir y a la que este sábado sucedió en Australia, una campeona que ha paseado por pasarelas, ha sido portada de 'Sports Illustred', pero que siempre ha huido de mostrarse como una estrella inaccesible, y que este sábado conquistó los corazones de cualquier aficionado al tenis o al deporte.