Muguruza cede su corona en Roland Garros entre lágrimas

La francesa Mladenovic derrota a la vigente campeona por 6-1, 3-6 y 6-3

Garbiñe Muguruza, decepcionada tras perder un punto contra Kristina Mladenovic en Roland Garros.

Garbiñe Muguruza, decepcionada tras perder un punto contra Kristina Mladenovic en Roland Garros. / periodico

JAUME PUJOL-GALCERAN

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Justo un año después de coronarse en Roland GarrosGarbiñe Muguruza ha dicho adiós este domingo al torneo parisino en octavos de final. La pujante francesa Kristina Mladenovic, número 14 del mundo, ha derrotado a la vigente campeona por 6-1, 3-6 y 6-3 en una hora y 59 minutos. Muguruza se ha ido de la pista muy enfadada, recriminando al público su evidente apoyo a la jugadora local.

Duro golpe. No ha sido la celebración que podía esperar. Muguruza no se sintió ayer querida en la segunda central de Roland Garros. Nada que ver con lo que había vivido el año anterior en la final ante Serena Williams. Sabía que se encontraría una caldera pero no un ambiente tan forofo». Por contra Mladenovic estaba en el cielo. «Me habéis hecho llorar.....estoy en cuartos después de ganar a la campeona. No sabéis la fuerza y el coraje que me habéis dado. Ha sido un regalo jugar para vosotros», decía Mladenovic,tras la victoria que la convierte en la primera francesa en alcanzar los cuartos de final después de Marion Bartoli en el 2011.

GRADAS CALIENTES  

El público la ayudó desde las gradas, pero en la pista se lo ganó a pulso y a pesar de sus errores (16 dobles faltas). Jugó valiente, de tú a tú a Muguruza. Con armas parecidas a las de la española. Mladenovic dio el primer golpe  rompiendo el servicio de la española y lo remató con el primer set en el que solo cedió un juego. El público rugía y ella cerraba el puño orgullosa.

Muguruza encajó el golpe y se repuso en la segunda manga y forzar el set decisivo. Las gradas seguían calientes y animaban a Mladenovic que volvió a arrebatarle el saque de salida. Muguruza tuvo dos oportunidades para hacer el break y recomponer la situación, pero Mladenovic, desatada con el apoyo del público, salvó la situación y tomó una ventaja (3-1, 4-2 y 5-3) que ya no cedería hasta saltar , enloquecida por su victoria.

DERRUMBADA ANTE LA PRENSA

«El público ha sido duro, poco respetuoso. He jugado con un ambiente  peor que en la Copa Federación. Gritaban y obligaban a parar el partido. Todo el rato he estado en tensión, intentando que no me afectase.... ¿Qué queréis que os diga? Es una derrota dolorosa, muy dura», admitía Muguruza en la sala de prensa en la que, a los pocos minutos de entrar, se derrumbó llorando y tuvo que abandonarla para intentar recomponerse. Fue cuando le preguntaron si había sentido en la pista que Mladenovic gritaba «Forza!» para celebrar sus errores. «No lo he oído, pero como habla 25 idiomas...», dijo con ironía sobre Mladenovic y, después, bajó la cabeza y se quedó callada en un silencio sepulcral de la sala, mientras la moderadora la acompañaba fuera.

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Las emociones de la derrota le pudieron en ese momento. Antes había dicho a los periodistas: «Podéis dejarme tranquila, ya he dejado de ser campeona». Muguruza llegó a París concienciada para afrontar la defensa del título pero con malos resultados. El mejor, las semifinales en Roma, una semana antes, aunque se tuvo que retirar lesionada. «La copa ya la tengo en casa, eso no me lo quita nadie, ahora soy una más en el cuadro de 128 jugadoras. Sería chocante que volviera a ganar», decía como protección. En cada partido tuvo que luchar para sobrevivir. No se sentía cómoda en la pista aunque su juego había ido tomando solidez y consistencia para llegar a los octavos de final.

El partido ante Mladenovic era una nueva prueba. Estaba preparada para afrontarlo en la pista, pero no para encontrar ese ambiente. «La derrota me afectará más que otras, evidente, pero me voy ilusionada por el trabajo que estoy haciendo», dijo. Su eliminación le costará perder 1.760 puntos ganados el año pasado y caer en la clasificación mundial hasta la número 14, pero lo peor ha pasado. Era su consuelo.