El lenguaje de Amalia Vermell

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MAR ROCABERT

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La primera colección de Amalia Vermell era tan delicada como su nombre, collares, pendientes y anillos hechos de porcelana grabada. Desde un taller en el Raval de Barcelona, tres jóvenes joyeras, hornada de la Massana, sentaban con este trabajo las bases de una marca que deja atrás el lujo de la joya clásica para encontrar un nuevo lenguaje, dando relevancia al proceso creativo y explorando otros materiales.

La siguiente colección, La Reina, se inspiró en las coronas reales antiguas para convertirlas en collares y pendientes modernos, dotando un material tan sencillo como el latón de formas elegantes y muy trabajadas, y tintándolo de colores alegres como el azul, el rojo o el verde.

Después llegó Amantes, una colección simbolizada por la estructura del diamante, hecho de latón, teñido de diferentes colores, o también en plata y oro, que más tarde recondujeron con el trabajo Siamesos, donde dos de sus diamantes se vuelven inseparables.

Este collar les ha llevado a ganar el premio Enjoia’t 2013, que les da la oportunidad de hacer una colección en colaboración con la empresa Joid’art. Creativas inquietas, Amalia Vermell también tienen otra colección, Bastardos, que sigue jugando con la forma del diamante pero lo acercan al cuerpo desproveyéndolo de volumen.

Son joyeras que trabajan siempre con piezas limitadas y hechas a mano, y colaboran con proveedores locales porque creen en los productos de proximidad. Las podréis encontrar en muchas ferias de diseño y handmade, eventos que anuncian a través de sus redes sociales. Pero también tenéis la posibilidad de comprar sus creaciones en su tienda 'online'.

Este post ha sido publicado en el blog de tendencias sostenibles www.cucdecol.com