TÚ Y YO SOMOS TRES

Visita sin cristal, pero fondo de rejas

Ferran MONEGAL

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En todos los informativos de la tele ha merecido prioridad el encuentro entre Pablo Iglesias y Oriol Junqueras Pablo IglesiasOriol Junqueras en la prisión de Lledoners.  Y en todos he visto (TVE-1, TV-3, T-5, A-3 TV, La Sexta, Cuatro) una gran coincidencia en la conclusión de los informadores: la pelota queda ahora situada tanto en la fiscalía como en el tejado de la Moncloa; o sea, veremos si alguien la baja y tenemos juego. Esta unanimidad televisiva –con solo pequeños matices de diferencia– no ha sido homogénea. En Intereconomía TV y 13TV, discrepan del resto.

En las Noticias de Intereconomía TV, Alba Vila arrancó con la estampa de Iglesias en Lledoners –pinchada de La Sexta, por cierto, porque la cadena es humilde y seguramente no tiene presupuesto para cámaras ni fotógrafos–, y nos decía: «¡Es la imagen de la vergüenza!». Y no pudiendo refrenar su irritación, añadió: «¡Es un hecho deleznable!», y se enfadaba enormemente. ¡Ah! Televisivamente hablando, es un fenómeno muy curioso, casi enternecedor, que quien presenta el noticiario acabe enfadándose, peleándose, con las propias noticias que nos cuenta.

El informativo de 13TV, Al día,  fue otra cosa. Mantenían un tono aparentemente neutro. Pero enseguida nos propinaron un golpe que habían preparado con mucho amor. Efectivamente, en un momento dado el presentador José Luis Pérez nos puso a toda pantalla la foto de Junqueras con unos rótulos que describían así su reunión: «Sin cristales, sin límite de tiempo, sin cacheos, y 20 personas». Y al otro lado, unas manos, famélicas, de algún preso anónimo, entre barrotes, con esta descripción: «Con mampara, máximo 40 minutos, con registros, y un máximo de cuatro personas». Hombre, visto este cuadro, quizá lo que deseaban en esta cadena es que Junqueras hiciese la reunión con grilletes, con bola de hierro en los tobillos, y atado con cadenas a unas argollas de la pared. Y a lo mejor hasta con el rostro oculto por  una máscara de hierro, como aquel infortunado personaje del que habla Voltaire en El siglo de Luis XIV. ¡Ah! Parece que vivir desde hace un año en prisión, sin todavía ningun juicio que le condene, no es suficiente. Resaltaron que no había mampara de cristal, pero  silenciaron que en las ventanas había -y hay- algo más contundente: rejas. ¡Ah! Cuánta misericordia en la cadena de la Iglesia.