la entrevista del Teletodo

Samanta Villar: "No me veo en un plató. Me gusta mucho la calle"

Cuatro emite el viernes un reportaje sobre los enfermos de hepatitis C en 'Conexión Samanta'

La periodista Samanta Villar

La periodista Samanta Villar / periodico

MARISA DE DIOS / BARCELONA

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Desde que en el 2009 se propuso vivir en primera persona las historias que explicaba en '21 días', la periodista Samanta Villar (Barcelona, 1975) se convirtió en una de las caras más representativas de Cuatro, programa que sustituyó hace ya siete temporadas por 'Conexión Samanta'. El vertiginoso ritmo de rodaje la llevó a hacer un parón de nueve meses antes de volver con nuevos reportajes. La cadena ofrece esta noche (22.30) el último de los cuatro especiales de esta temporada, sobre los enfermos de hepatitis C.

--¿Qué ha estado haciendo en este tiempo de descanso? 

--Básicamente me dediqué a descansar, a ir al cine, leer, ver la tele, hacer la compra y cocinar.

--Necesitaba un respiro... 

--Tenía ganas de hacer una vida muy normal. Llevaba cinco años sin parar, en los que no estuve más de una semana seguida en el mismo sitio. A los dos o tres años de haber empezado '21 días' y haber continuado con 'Conexión Samanta' me dio un bajón pensando: "¡No tengo vida social, no tengo raíces en ningún sitio, mis amigos no cuentan conmigo porque nunca estoy!". Entonces llegué a una conclusión que me sirvió para calmarme. Me dije: "No te preocupes, lo que pasa es que tú eres nómada. Date cuenta que todos los demás son sedentarios y tú has vuelto a ser como el hombre primitivo, que vas moviéndote para comer". Aguanté dos años más y pensé que necesitaba parar ese nomadismo y estar en casa.

--Y ha vuelto con cuatro nuevos reportajes de 'Conexión Samanta'. ¿Cómo se puede seguir innovando después de siete temporadas? 

--Está muy relacionado con los meses de descanso que me cogí. En ese tiempo he podido leer con calma, documentarme, estar atenta a todo lo que está pasando, indagar en esos medios en los que normalmente no indagamos, tener tiempo de buscar historias... Todo eso nos permitió dar con cuatro temas de actualidad, potentes, periodísticamente relevantes, controvertidos y que no los está tratando nadie.

--¿Ese parón que ha necesitado no le ha hecho plantearse dejar la calle y hacer un programa en plató? 

--No me lo plantearé hasta que no llegue el día que me levante de la cama y diga: "Necesito hacer un plató". Ahora mismo no me veo. Es que me gusta mucho la calle. Es donde se hace la tele más viva. Si te fijas, muchos programas que antes se hacían en un plató ahora se hacen fuera tipo 'Salvados', 'Viajando con Chester'... La tele está ocupando la calle y me parece un acierto porque la calle está muy viva. 

--Se habló incluso de que podría fichar por 'Hable con ellas'. ¿Encajaría en un programa así? 

--Lo que pasa es que ya dirijo mi programa, así que no me veo trabajando en otro que no dirija yo. Me siento muy privilegiada. Pero me lo he tenido que currar ¿eh? Empecé que no pintaba nada, era la reportera y estaba muy guiada por la dirección. Eso me sirvió para ir aprendiendo y, en un formato tan personalizado, era coherente que al final lo dirigiera la persona que lo protagonizaba. Ahora me veo más dirigiendo programas de otros que haciendo programas que dirijan otros.

--Dirigir es algo que conocía porque empezó trabajando como ayudante de realización en TV-3. 

--Estudié periodismo, pero hice los créditos de televisión porque me gustaba mucho el cine y la imagen. Por casualidad, en Viladecans Televisió necesitaban a alguien para presentar y, de los tres que estábamos, me cogieron a mí. Esa visibilidad fue la que me dio para fichar por otras cadenas y abandonar la parte de realización que, sin embargo, ahora tengo más incorporada que nunca al dirigir el programa.

--En '21 días' días trabajó en la mina, estuvo sin comer, casi se ahoga buceando con la Guardia Civil. ¿Cuál es su límite? 

--Mi límite es perjudicar a los demás, eso lo tengo muy claro. Yo nunca voy a hacer una actividad en la que los demás salgan malparados. Por lo demás, a donde me pueda meter yo a mí misma, creo que no tengo límite. De hecho, por las historias que he vivido estoy convencida de que mi límite de hoy se cae para mañana. Depende de nuestras posibilidades físicas, de nuestro ánimo y estructura ética y moral en ese momento, y eso es variable.

--¿No le afecta implicarse tanto en los reportajes? 

--No me parece que sea tan difícil. Como persona cualquier cosa que vas viendo en la vida te la llevas a casa, sino serías un robot.

--Pero no vivimos tantas cosas como hace usted. 

--Eso es verdad. Pero creo que he tenido suerte porque por mi manera de ser, me ha dado enseñanzas. Es verdad que he aprendido muchas cosas y algunas extremadamente duras, pero eso me ha servido por comparación para ver que mi vida es tremendamente fácil y tengo que aprovecharla. Me ha dado un impulso de vitalidad.

--Estos últimos reportajes, como el de los bebés 'reborn' o la intersexualidad, han dado que hablar. 

--Estoy contenta porque es lo que buscábamos, temas que no dejaran indiferente. Si provocan amor u odio, ya me parece bien.

--¿Es consciente de que usted también provoca amor u odio, siendo tan protagonista en los reportajes? 

--Claro. Aunque creo que últimamente menos. Cuando empezamos con '21 días' sí que hubo más controversia y yo generaba mucho más amor-odio, pero tengo la sensación de que a medida que me hago mayor me voy suavizando. No sé, igual me equivoco. Antes era como más 'punky' y al suavizarme un poco, la gente también lo ha hecho. Ahora no leo insultos ni nada de eso. (Ríe).

--No le resultaría fácil. 

--Al principio, no pero eso también ha sido un aprendizaje. Ahora me parece que fue útil ser el blanco de todas las críticas, algunas feroces, porque de nuevo yo ahí hice un proceso. Había algunas que me parecían tremendamente injustas y me subía por las paredes cuando, por ejemplo, había críticos de televisión que decían que no grabábamos 21 días seguidos. Ahora veo que si ese señor no tenía los datos correctos, obviamente llegaba a conclusiones erróneas. He aprendido que racionalizar las cosas me calma. Pienso que hay gente que evidentemente se equivoca y se va a seguir equivocando, y eso forma parte de la vida y no es grave. Todos aprendemos. Igual soy muy optimista.

--Vamos, que se lo toma con otra filosofía.

--No me siento tan vilipendiada como antes. También creo que el hecho de dirigir el programa me hace estar más segura de lo que estoy haciendo y cuando te vienen críticas te das cuenta de que no tienen nada que ver contigo y que se caen por su propio peso.

--Estando en una cadena como Cuatro, ¿se siente menos presionada por las audiencias? 

--En realidad no, porque fíjate que Cuatro está en un momento en que necesita telespectadores. Aquí la presión de la audiencia es igual que en una cadena grande.

--¿Qué ve usted en la tele? 

--Un poco de todo, depende de la franja que tenga libre. Informativos y, como ahora hay un 'boom' del documental, he visto trabajos como 'La sal de la tierra' o '20.000 días en la Tierra', de los que saco muy buenas ideas, sobre todo de montaje y de planteamiento de rodaje. También veo cosas internacionales o 'Gran hermano VIP', que me parece que se autoparodia todo el tiempo sin querer y me hace mucha gracia. Y sigo mucho TV-3, aunque me parece que les falta un poco de 'punch'.

--¿'Punch'? 

--Garra, riesgo. Es una tele que se ha acomodado mucho, es muy blanquita, conservadora, 'convergent'.

--Pero usted ya trabajó en el canal 3/24. ¿Se ve ahora haciendo un programa en TV-3? 

--Voy a ser precisa. Me gustaría, creo que podríamos hacer un buen programa con la filosofía de la cadena, pero también me encanta trabajar en Cuatro y tengo exclusividad con ellos. TV-3 poseee algo muy diferente al resto de canales y es que tiene tanto crédito ganado con su público, que se puede permitir tener un tempo en los reportajes mucho más pausado. En la tele en España el público no es tan fiel y por eso según qué ritmos no siempre te los aceptan, tienes que jugarlos muy bien porque sino el espectador se aburre y se va. En TV-3, por el hecho de ser una tele que se habla en catalán, ya tienes a la mitad de la audiencia ganada, por lo que se pueden permitir otras cosas.

--Ahora que su sucesora en '21 días', Adeca Úcar, ha dejado el programa y buscan sustituta, ¿qué consejo le daría a las candidatas? 

--Tiene que ser apasionada. Esa es una clave fundamental en la televisión, donde funciona lo enérgico. Desde un programa como pera en texans que me encanta. ¿Por qué funciona? ¡Porque su presentador es apasionado! Porque lo vive con una energía, con un cariño y con un amor que son clave. Por eso tiene que ser una chica que esté muy motivada, que obviamente sea periodista para que sepa preguntar, articular la historia y explicarla, pero sinceramente creo que lo básico es la pasión. Lo demás ya vendrá.