TÚ Y YO SOMOS TRES

El 'procés' de Belén Esteban

Ferran MONEGAL

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El reflejo de la política en la tele coloniza mis columnas. Hay otros mundos en la pequeña pantalla que tengo olvidados. También merecen atención y análisis. Ahora mismo Belén Esteban acaba de iniciar en T-5 (Sábado Deluxe) el procés televisivo sobre su enlace matrimonial, que dice que culminará el 22 de junio del 2019. O sea, ha comenzado a publicitar, promocionar, vender y agitar su boda un año antes de que vaya a realizarse. Es una maniobra diseñada con gran habilidad. Ella y la cadena van a salir muy beneficiadas. Se garantizan diez meses seguidos de relleno de programas, desde Las mañanas de Ana Rosa hasta el Deluxe, pasando por los Sálvame, el Viva la vida  y hasta algún informativo, porque la boda de Belén es un tema de interés nacional.

El sábado pasado comenzó ofreciéndonos la exclusiva del anillo que su novio Miguel le ha regalado. Oro blanco y diamantes. Suponemos que es el de pedida. Más adelante probablemente enseñará el del enlace, o sea, el de casada. También habrá programas sobre el traje, los zapatos, el estilismo peluquero, el banquete... También la lista de comensales. Y sobre todo ¡la otra!, la de los que creen que irán pero que no serán invitados, con el consiguiente cacao, protestas y rifirrafe. Va a ser un procés muy versátil. En los despachos de T-5 debe reinar una excitación bárbara. Quizá hasta le están diseñando a Belén un guion suplementario para enganchar más audiencia si cabe.

Por ejemplo, pongamos en enero, una pelea entre los novios. ¡Ah! Eso atrapa una barbaridad.  La trágica posibilidad de que la boda vaya a anularse da para tres Deluxe, dos Polígrafos y una docena de Sálvames. Y luego, pongamos en marzo, lo mismo pero al revés, o sea, escenificar la reconciliación y enseñar que el cariño resucita triunfante. Hasta podrían pedir prestada a Ciudadanos esa pancarta tan hermosa que sacaron en la Diada que decía «El amor es más fuerte que el odio». La vi en  El intermedio, y Wyoming contaba con tremenda mordacidad: «En un acto de Rivera y Arrimadas, conocidos como el dúo sacalazos. ¡Ahh! 

Este procés de Belén que ahora comienza para algunos puede ser cargante. Pero es inofensivo. Todo queda en la cadena: entre ellos se lo guisan y se lo comen. Y además tiene una gran ventaja; este procés sabemos cuándo acabará.