tú y yo somos tres

El «¡a por ellos!», versión TV-3

Ferran Monegal

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Disfrutamos mucho en casa con las encerronas que habitualmente practican en 'Preguntes freqüents'. Les salen unos programas que parecen el martirio de San Lorenzo en versión televisiva. Es una especie del "¡A por ellos!", pero 'made in' TV-3. La técnica consiste --ya se lo conté el día que le hicieron la envolvente a Xavier Nart o a Anna Balletbó-- en pillar a una criatura que saben que no comulga con la parroquia mediática 'indepe'. Le rodean de una tropa de creyentes fervorosos, además del público asistente en plan 'hooligans'; y entre todos le pegan un meneo que los servicios sanitarios de TV-3 le tienen que reanimar a la salida.

Esta semana eligieron como víctima al economista <strong>Gonzalo Bernardos</strong>. Primero le sentaron cara a cara frente al televisivo <strong>Santiago Niño Becerra</strong>, economista que, al parecer, ahora abraza el 'procés' con una convicción ciega y hermosa. La verdad es que el cara a cara entre estos dos maestros de la ciencia económica era atractivo. Siempre que se hubiera mantenido el equilibrio de uno frente a otro. Pero en un momento dado, el presentador, Ricard Ustrell, se levantó --¡ah!, qué buena letra hace este muchacho, con qué disciplina cumple las órdenes-- y cedió su sitio a un tercero, en este caso al tambien economista, miembro de la CUP y acreditado pastelero, según describían los rótulos, <strong>Josep Manel Busqueta</strong>. Hombre, comprendámosles. Había que sumar gladiadores, porque resulta que no solo no se estaban comiendo con patatas a Bernardos, sino que era él quien se los estaba comiendo a ellos. Tremendo.

Bien mirado, la cosmogonía de Niño Becerra es pintoresca. Dijo que, de pronto, un día, hizo una regresión hasta 1980, se puso a hacer misteriosas cuentas y le salió que Catalunya tiene un déficit acumulado de 529.000 millones de euros. ¡Ahh! Bernardos estuvo a punto de caerse de la silla, medio alucinado y medio partiéndose de risa. El discurso de Bernardos era diferente. Hablaba de solidaridad. De que si Catalunya, o Euskadi, son más ricas, es normal que parte de su riqueza sirva para Extremadura o Andalucía; de la misma forma que Barcelona y su potente área ayudan a zonas deprimidas de Catalunya. Pero la solidaridad les irritaba. Hacían oídos sordos. Intentaban ridiculizar al díscolo.

¡Ahh! Hubo un tiempo en que TV-3 quería ser la BBC. Hace tantos años de aquello que hoy parece mentira.