EN RODAJE

Perdidos en 'El Pueblo'

Manuel de Luna

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La belleza del entorno salvaje que rodea Valdelavilla fascinó a María Hervás ('La que se avecina') hasta el punto que, una mañana, la joven actriz madrileña decidió aprovechar un descanso del rodaje de 'El Pueblo' para dar un paseo por los bosques que rodean este enclave verde perdido en la inmensidad soriana y…,  se perdió. Al cabo de unas horas deambulando se la encontró por casualidad Santi Millán, compañero de rodaje que, fiel a su pasión por machacarse en bici, había salido a dar una vuelta por el pedregal. Santi le avisó de que está lejos del 'set' de rodaje y le indicó el largo camino de vuelta. María tomó la carretera que le señaló Santi y emprendió la vuelta. Pero tuvo suerte: al poco de andar por la solitaria carretera de segunda paró a su vera una furgoneta llena de inmigrantes que, decían, iban a trabajar a una obra. Ella no se lo pensó, y subió al coche. Apenas habían recorrido unos kilómetros la 'furgo' se cruzó con Millán y su bici, que solo vio de refilón a María tras la ventanilla, rodeada de desconocidos con rasgos nada españoles. "¡Ay, ay!", murmuró Santi...

No, no es parte de la trama de una nueva serie de Tele 5, sino una de las muchas anécdotas que ha vivido el equipo de rodaje de 'El Pueblo', nueva serie de Tele 5 sobre urbanitas que emigran a un villorrio, y que presenta una característica única hasta ahora en las telecomedias españolas: toda, absolutamente toda la obra se ha grabado en un pueblo real abandonado (Valdelavilla), en lo más profundo y recóndito de la geografía soriana, una zona con un nivel de población de dos personas por kilómetro cuadrado. La más despoblada de la UE. Y claro, el rodaje de la serie es  en sí una pura metaserie. “Rodar en un pueblo en el que no vive nadie y que está a más de 50 kilómetros de Soria y en el que actores y equipo de rodaje están ‘encarcelados’ cuatro meses y con intimidad cero, da para un ‘reality show’ paralelo perfecto”, afirma el productor y autor de ‘El Pueblo’, Alberto Caballero, quien reconoce que, por suerte para su corazón, se enteró de la aventura de María Hervás cuando  ella ya estaba en el desvío de la carretera que lleva a Valdelavilla, donde la dejó la 'furgo'.

Pero eso de vivir en un pueblo con apenas una 'rayita' de cobertura en el teléfono móvil da para muchas horas de tedio en las que el 'reality' casi sale solo, como recuerda Caballero: "Una noche se nos ocurrió hacer un broma a todo el equipo simulando una especie de 'Viernes 13'…  Es un escenario tan propicio... Pero al final no nos atrevimos…, creo que con buen criterio...”, reconoce.

Con la despoblación que sufre Soria podría parecer fácil encontrar un pueblo abandonado. Nada más lejos de realidad. Fueron muchos meses recorriendo la provincia para dar con uno que reuniese las características necesarias de ambientación. Y de habitabilidad para acoger, con las mínimas condiciones, a un equipo de unas 80 personas durante cuatro largos meses, con sus días y sus noches (y con apenas un palito de cobertura en el móvil).

Fue difícil, sí, pero al final dieron con el pueblo perfecto: Valdelavilla, pequeña localidad abandonada en los años 60 y que la Caja Rural de Soria rehabilitó a principios de este siglo con la idea de potenciar un núcleo de turismo rural, que alquilan para eventos como congresos y, sobre todo, fiestas de bodas de fin de semana.

“Fue un auténtico chollo, una maravilla. Es perfecto para lo que queríamos hacer, incluso tuvimos que envejecer las casas un poco para dar una mejor idea del declive de la aldea”, explica el productor, quien insiste en señalar que ‘El Pueblo’ es un proyecto único: “Es la primera vez que una serie se hace totalmente en exteriores. Un plató al aire libre… De hecho, si no lo hubiéramos encontrado, esta comedia no hubiera  sido posible”.

Urbanitas en el campo

“La idea de 'El Pueblo' es mostrar la moda del 'neohippismo': cambiar de vida, dejar la gran ciudad e iniciar una nueva etapa vital en un pueblecito cerca de la naturaleza y lejos  del estrés del urbanita”, explica Caballero, creador de esta serie que nació como proyecto en el 2010, pero que durmió en un cajón hasta el año pasado. La razón de este 'letargo' vino dada por el absorbente día a día de la gran serie que ha consagrado a Caballero: ‘La que se avecina’.‘La que se avecina’.

Pese a ser también una comedia, Caballero quiere dejar muy claro que ‘El pueblo’ no tiene nada que ver con 'La que se avecina', producto de auténtico culto y que ha consagrado, y marcado, a su creador. “Es una comedia totalmente distinta -insiste-. Es una serie al aire libre, ecológica,  liberada de las ataduras y tópicos de la comedia tradicional”. Para su productor, rodar en un plató natural implica una serie de complicaciones, pero también facilita otras. “Pero al final recompensa, porque es de verdad”, asegura.

Y tanto le ha compensado que ha alquilado en exclusiva por todo un año el complejo rural de Valdelavilla. Es una previsión de futuro tanto artística como económica: ya han rodado los ocho capítulos que componen la primera temporada, y la intención rodar los ocho de la segunda entrega el próximo verano (en invierno se congelarían), y tener ‘cogido’ el pueblo les sale más barato que cualquier plató de Madrid. Lo dicho, un chollo de pueblo perdido.

El humor del choque cultural 

“El conflicto cómico que plantea 'El Pueblo' es muy claro, con personajes que por distintas razones optan por irse a vivir a un pueblo semiabandonado, en el que los pocos lugareños que quedan se sienten invadidos por las modas y costumbres de los urbanitas -explica Caballero-. Es un choque de culturas”.