TÚ Y YO SOMOS TRES

Montserrat Caballé: la última entrevista

Ferran MONEGAL

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El jueves, Mari Cruz Soriano estrenó en La 2 un programa de entrevistas en profundidad, un espacio reposado, tranquilo, de conversación con un personaje de relevancia indiscutible. El espacio lleva por título Gigantes. Y la primera invitada del programa fue Montserrat Caballé. Grabado a primeros de junio, nadie podía sospechar que esta sería la última entrevista que podría conceder la gran soprano, que acaba de fallecer apenas 30 horas después de la emisión de la que ha sido su última entrevista televisiva. En la conversación, Mari Cruz Soriano no le ha planteado, ni le ha formulado, niguna pregunta de signo político. Lo celebro. Por fortuna Montserrat Caballé siempre estuvo por encima de estas miserias.  Su país era la música. Del Liceu al mundo. La veneraban de Nueva York a Pekín. En Moscú, es tanta la pasión que sienten por ella, que la consideran rusa. Espero que aquí, ahora, la sordidez política no intente apropiarse de la Caballé, aprovechando que ha fallecido.

Le  preguntó Mari Cruz Soriano qué tenor, de los muchos que ha conocido, le había impresionado más. Contestó: «Giuseppe Di Stefano y Luciano Pavarotti». Contó también una anécdota quizá poco conocida: recordó la única ocasión en que le tuvo que tirar a la cabeza un ramo de flores, un bouquet de rosas que había por allí, a un director de orquesta en plena representación. Fue en Viena. La Traviata. Ese director, atacado por una extraña excitación, imprimió un presto agitato a la orquesta, una cosa tan furiosa e inapropiada, que no había manera de seguirle. La prudencia de la Caballé no desveló el nombre de esa frenética criatura. ¡Ah! Buena entrevista la de Mari Cruz Soriano. Un encuentro televisivo que el destino ya ha transformado en imprescindible.

AZNAVOUR .– También el destino nos ha propinado otro golpe esta semana: la muerte de Charles Aznavour. Los informativos de la celtiberia televisiva, tan subyugados por seguir la indigencia política, le han dejado en segundo o tercer plano de importancia informativa. Qué error el suyo. Aznavour era como la Caballé: patrimonio del mundo. Hace unos años vi en el Théâtre Marie Bell de París una mise en scène de Alain Sachs dedicada exclusivamente al tema Je m’avoyais dejà, una canción en la que Aznavour resume su vida. Qué maravilla. Qué orfebrería. ¡Cómo cuidan los franceses la cultura!