TÚ Y YO SOMOS TRES

Una jornalera andaluza junto al naranjal

Ferran MONEGAL

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Y ahora han sido las catalanas de Évole (Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur, La SextaBienvenidas al norte, bienvenidas al sur) las que han salido en AVE en dirección a Andalucía. O sea, un viaje al extranjero, según la ortodoxia indepe. En casa nos ha gustado mucho una conversación que las señoras catalanas han mantenido con una jornalera de un campo de naranjos. Dolores se llama. Erguida junto al naranjal les contaba que las botas, las tijeras de podar, el capazo que cuelga de su cuello –50 kilos de naranjas caben– y hasta los guantes, todo, se lo tiene que comprar de su bolsillo. Lo único que le pone el amo, el patrón, es la escalera para trepar al árbol.

Les ha seguido contando que el día que se pone mala y no puede trabajar, nada le pagan. Les ha explicado la importancia de la peonada –tan mal entendida en otros lugares–, una paga fundamental para poder subsistir cuando la temporada de recolección acaba. Y el grupo de catalanas, impresionadas, le preguntaban a Dolores si no salía a la calle, a manifestarse, a protestar por tanta injusticia perpetrada. Y Dolores contestaba que si ella va un día a manifestarse, ese día no cobra nada. Y lo que es peor, al dia siguiente, al volver al campo, el capataz a lo peor la señala y ya no le da trabajo. Por haberse atrevido a protestar.

¡Ahh! Qué luminoso encuentro el de Dolores con las señoras catalanas al pie de un naranjal sevillano. «Vosotras también os quejáis –les decía la jornalera– y tenéis de todo. La mejor industria. Lo mejor. Estáis oprimidas. A mí me oprime el patrón que me está pisoteando»«Y la parte de tu familia que vive en Catalunya ¿cómo viven el tema de la independencia?», le preguntó Mercè, de Sant Vicenç dels Horts, vívamente interesada. Y Dolores contestó: «Si te digo la verdad, están hasta los cojones. Les están mancillando porque se sienten españoles, o andaluces»«Pues en Catalunya hay muchos andaluces a favor de la independencia apuntó entonces Mercè. Y Dolores respondió: «Por supuesto, igual que aquí hay andaluces que tienen más pasta y están a favor de los señoritos ricos, mientras otros estamos comiendo tierra». ¡Ahh!

Y en aquella huerta sevillana, campo de naranjos del municipio de Tocina, barrio de Los Rosales, Jordi Évole consiguió un diálogo extraordinarioJordi Évole. Puntos de vista diversos y distantes. Pero ni un gramo de acritud. Todo lo contrario. Respeto. Cordialidad. Aprendamos.