PROGRAMACIÓN INÉDITA DE UN ÉXITO EN EEUU

'House of cards' en vena

Canal+ estrena hoy de un tirón los 13 episodios de la segunda entrega

Los protagonistas de 'House of cards',  Kevin Spacey y Robin Wright, en una imagen promocional de la serie.

Los protagonistas de 'House of cards', Kevin Spacey y Robin Wright, en una imagen promocional de la serie.

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si hay un canal que esté demostrando cómo se deben programar las series en tiempo de piratería audiovisual , debe ser  Canal+ Series. Por regla general, estrenan las producciones de la cadena HBO tan solo un día después de su presentación oficial en Estados Unidos. Y hoy sábado, esta tele de pago ofrece un maratón (en versión original subtitulada) de todos los capítulos de la segunda temporada de House of cards.

Así es, todos los capítulos. Todo un hito. La serie protagonizada por Kevin Spacey es una obra del servicio de streaming Netflix, que en los países donde funciona -a ver cuándo se instala en España- estrena sus producciones a base de temporadas completas, en lugar de ofrecer un capítulo por semana.

Cuando Canal+ estrenó la primera temporada de House of cards, emitió la serie a esa vieja usanza, aunque en otros países ya podían verse todos los capítulos a la vez. En esta ocasión ha sabido corregir y adaptarse a la modalidad propuesta por Netflix, que parece una variante interesante.

Otra cosa es que un atracón de 13 capítulos seguidos sea la mejor forma de digerir House of cards, serie densa y resonante que, quizá, valga más la pena consumir poco a poco.

PRODUCCIÓN EJEMPLAR // Porque no todos los días tiene uno la posibilidad de plantarse ante una serie tan cuidada como esta, en la que desde el minuto uno tienes la sensación de estar en buenas manos. Ganadora de tres Emmy y un Globo de Oro, House of cards es un remake de una miniserie de la cadena estatal británica BBC de 1990, pero toma de ella pocos elementos.

En realidad es, sobre todo, la criatura de Beau Willimon, el guionista de Los idus de marzo, un hombre curtido en política como ayudante de, por ejemplo, Hillary Clinton. El gran Willimon ha aprovechado su conocimiento del campo de batalla político para escribir la oscura y matizada historia de Francis Underwood, un congresista al que negaron el puesto de Secretario de Estado y decidió urdir un plan contra quienes bloquearon su ascenso al poder.

OBSESO DEL DETALLE //Willimon es un obseso de la verosimilitud y cada detalle de la serie está cuidado al milímetro. Pero la producción tiene menos de documental que de teatral: hay traición, infidelidad, cinismo, grandes gestos, frases lapidarias; sobre todo, a cargo de Underwood. Dice en el tráiler de la segunda entrega: «El camino al poder está empedrado de hipocresía; y bajas».

El gran David Fincher (Seven) se encargó de la dirección de algunos capítulos de la primera temporada, pero ahora está demasiado ocupado con el rodaje de Perdida, adaptación del libro de Gillian Flynn, con quien también colaborará en el remake de la serie inglesa Utopía para HBO. En esta ocasión, hallamos en la dirección a realizadores como Carl Franklin y actores/directores como Jodie Foster y el propio Kevin Spacey. También Robin Wright -reciente ganadora del Globo de Oro por su papel de fascinante esposa de Francis Underwood- toma las riendas de uno de los  capítulos.

Las nuevas entregas observan a Francis en su actividad como nuevo vicepresidente de Estados Unidos. Una de sus mayores preocupaciones, entre varias, sigue siendo la reportera Zoe Barnes (la actriz Kate Mara), a la que una vez tuvo como amante y aliada. De nuevo, se prevén toda clase de giros, traiciones, desaires y ¿también bajas?

PERSONAJES POCO SIMPÁTICOS // Algo está claro: la serie no bajará el nivel de oscuridad que ya mostró en la primera temporada. Los personajes de House of cards no son esa clase de personajes que uno querría tener como amigos. La serie no retrata la belleza del mundo en que vivimos, sino el ansia de poder en su peor expresión. «La gente a la que va a gustarle esta serie -ha dicho su creador,  Willimon- no será esa clase de persona que necesita que los personajes actúen como alguien con quien irían a tomar una cerveza, o a quien podrían invitar a casa. Si alguien tiene un problema con eso, esta serie no es para ellos».