tú y yo somos tres

Hormigas contra Angela Merkel

Ferran Monegal

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Sabedores que detrás de la reprimenda económica que nos ha lanzado Bruselas está doña Angela Merkel y toda la banca alemana al completo, Wyoming se ha inventado ahora unas hormigas que aparecen de pronto en El intermedio (La Sexta), y que sirven para dar una caña tremenda. ¡Ah! Es un recurso conocido usar criaturas de trapo para que digan lo que no se atreven a decir las de carne y hueso. Pero la gran ventaja de aquellas es que el equipo que les hace los guiones tiene talento e ingenio. O sea, que consiguen que la audiencia pasemos un buen rato, además de conseguir –con sus dardos contra Merkel– alegría en los entornos de Zapatero. Estamos ante dos hormigas que se llaman Troche y Moche. Pueden parecer similares a las que salen en El hormiguero, pero en realidad son muy diferentes. De entrada, son rojas, o sea, dos solenopsis invicta, la especie más guerrera que existe en el planeta. También son muy gamberras, rozando lo macarrilla. Y golfas, completamente. Una fuma, la otra muerde, y se adornan con un lenguaje tosco y un poco barriobajero. La otra noche pasó una cosa muy hermosa: resulta que estaban un poco decaídas las bestias. Parecían faltas de tono. Entonces Wyoming reaccionó y para que se fuesen calentando lanzó el siguiente relicario. Dijo: «Si la Merkel lanza rumores, nosotros también sabemos: ¡está liada con Arnold Schwarzenegger!», y automáticamente las hormigas despertaron, se pusieron las pilas y añadieron. «Sí, sí, y ¿sabéis por qué cayó el muro de Berlín? Porque los alemanes son tan gilipollas que contrataron albañiles españoles». Y así mucho rato, lanzando dardos continuamente. ¡Ah! No solo Wyoming y sus hormigas estuvieron en pie de guerra contra la Merkel aquella noche. Tres horas después, también Buenafuente se apuntó al tema. Exclamó: «Lo que quiere la Merkel es ligar con Sarkozy, ¡y por eso se ha operado las tetas!». Y se armó un cachondeo inmenso. ¡Ahh! La sintonía de La Sexta con la Moncloa es muy hermosa. Todas las jugarretas que acechan a ZP son metabolizadas con mucha habilidad en esta cadena y vuelven a ser lanzadas al éter en sentido inverso. Demuestran estos lances que para todo presidente de Gobierno, sea el que sea, tener una cadena amiga es como tener siempre a mano un bote de Reflex. Por desgracia, solo son hormigas lo que hay en El intermedio. En Alemania, en cambio, no hay hormigas: hay banqueros. A los que España debe mucho dinero.