TÚ Y YO SOMOS TRES

La enlace sindical de una serie de intriga

Ferran MONEGAL

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Con la ratomaquia GHVip en frente, las series sufren. Por estimables que sean las producciones de ficción, por cuidadas que sean las tramas, los guiones, los escenarios y el elenco interpretativo, la martingala de la jaula de Guadalix les condena a una existencia difícil. Es el caso de Presunto culpable (A-3 TV), por ejemplo, serie de intriga, muy bien hecha, muy bien conseguido el clima de acoso y derribo al joven biólogo Jon Aristegui (Miguel Ángel Muñoz) al que todo el pueblo acusa de la desaparición de una hija de los Otxoa. A la matriarca de esta familia, Amaia –gran interpretación de la actriz Elvira Mínguez– mujer guerrera, dura como un pedernal, estoica, terca, y temible, esta semana pretenden despedirla. Los dueños de la empresa le dicen que recoja sus cosas y se esfume. Ella reúne a los trabajores y les dice: «Soy vuestra enlace sindical. Para eso tenemos un sindicato: para decirles que si atacan a uno, atacan a todos». ¡Ahh! Me ha parecido un instante meditable en estos tiempos de salud laboral tan quebradiza. Al final, la empresa tiene que recular y envainarse su carta de despido. En eso se nota que es una serie de ficción. Sí.

ROSA MARÍA CALAF .– En este espacio de entrevistas que Sandra Sabatés incrusta de vez en cuando en El intermedio (Mujer tenía que ser) acaba de conversar con Rosa María Calaf. En casa hemos tenido una alegría. Rosa María es periodismo en estado puro. Ha recordado cuando llegó por primera vez a una redacción, finales de los años 60, y se encontró con que no había lavabo para señoras. Tuvo que compartir váter con los chicos. Parece que entonces algunos creían que el periodismo era patrimonio exclusivamente masculino. Le dijo Sandra, en un momento dado: «Eran aquellos tiempos en que la mujer se valoraba en función de quién fuera su marido». Y Rosa María contestó: «No hace muchos años asistí a una cena muy concurrida y se me acercó una persona y me dijo: perdona, no nos han presentado, ¿tú eres la mujer de quién?». ¡Ahh! Cómo lamentamos en casa no ver ya a Rosa María en TVE ejerciendo su oficio a lo largo y ancho del mundo. Tiempo atrás la metieron en un ERE, a pesar de conocer bien este planeta desde Nueva York hasta Pekín. La jubilaron. A los entonces jefe de TVE les pareció que con 63 años de edad ya no servía para el periodismo. Eso en las series de ficción no ocurre.