tú y yo somos tres

Del 'biscúter' a la NASA

FERRAN MONEGAL

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Ha realizado esta semana el visitanteAlbert Om(El convidat, TV-3) un ejercicio un poco malicioso con su criatura visitada, el famoso lotero de SortXavier Gabriel: se ha paseado por los pueblos del Pallars preguntando a los vecinos qué opinan de este personaje que ha impulsado su negocio,La Bruixa d'Or, hasta límites de popularidad insospechados. Y después de conversaciones con diversospallaresos, Omnos decía, meditando:«Creía que Gabriel solo suscitaba admiración, pero me ha sorprendido encontrar recelo en algunos». Hombre, pues no se sorprenda el visitante: en todos los pueblos del mundo, la envidia campa; y siempre hay espíritus pequeños que quizá desearían verGabrielcon una ristra de décimos colgados de las solapas, vendiendo la suerte en plan ambulante por bares y calles, en lugar de haberse convertido en elBill Gatesde la lotería planetaria. La verdad es que, después de la inmersión con este pintoresco personaje, nos ha quedado de él una imagen sugestiva y a la vez desconcertante. Cuando le preguntóOm cómo desearía pasar a la historia, respondió:«Inadvertido». Y no obstante, durante todo el fin de semana, no ha parado de desmentirse a sí mismo, de contradecir esa supuesta inadvertencia que pretende. A saber: espectacular viaje en helicóptero a unas fastuosas bodegas que tiene en Huesca; explicación de un nuevo proyecto que acaricia, la construcción de un gran castillo de La Bruixa, tipo Disneylandia; y sobre todo, un inmediato viaje a la estratosfera, con los astronautas de la NASA, una aventura que le va a costar más de 50 millones de las antiguas pesetas, y que él definió con entusiasmo:«Es barato. Desde Cristóbal Colón no se había hecho una campaña de publicidad tan extraordinaria». ¡Ah! Interesante criatura esteGabriel. Se mueve entre el idealismo y lo pragmático, y parece que ha encontrado la fórmula de compatibilizarlo. Quizá la mejor imagen, la más definitoria, haya sido ese viaje enbiscúterpor las calles de Sort. Elbiscúterfue un vehículo de gran humildad, muy popular en aquella España hambrienta de los años del garbanzo, pero ese en el que circulabaGabrielera tuneado, repintado de negro y purpurina, acicalado y maquillado para adquirir una aparienciafashion, lo cual no evitó queOm tuviera que acabar empujando porque, en las cuestas, no daba para más. ¡Ah! Buen contraste: partiendo delbiscúter,Gabrielaspira a ser astronauta por el espacio sideral.