ANA MORGADE Actriz

« 'Con el culo al aire' es una telecomedia muy cuidada»

Ana Morgade, como Begoña, en una imagen promocional de la telecomedia de Antena 3 'Con el culo al aire'.

Ana Morgade, como Begoña, en una imagen promocional de la telecomedia de Antena 3 'Con el culo al aire'.

JUAN CARLOS ROSADO
MADRID

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Tras un par de años trabajando en el show de Andreu Buenafuente, en los que demostró su vena cómica, Ana Morgade (Madrid, 1979) fichó en el 2013 por Con el culo al aire, comedia -que este miércoles descansa- y en la que encarna a Begoña, psicóloga con muy mala uva. «Soy malísima -reconoce la artista-. Siempre tiene que haber una mala porque, si no, no tiene gracia. Es como en Navidad, que alguien tiene que venir siempre a emborracharse y a dar la nota.

-¿Había visto Con el culo al aire antes de entrar a trabajar en ella?

-No vi la primera temporada. En la segunda me enganché y seguí algún episodio por internet. Pero no la podía ver todos los días por el trabajo. Es lo que nos pasa a los actores, que luego no nos podemos ver. Lo que me gusta de ella es que esta cuidada. A veces se confunde comedia con precipitación y se hacen sin tiempo y sin importar tanto el resultado. Aquí el vestuario, el maquillaje, la peluquería y la iluminación están supercuidados. Todo el mundo está preocupado por hacer un buen trabajo. Cuando veía esta serie flipaba mucho con estas cosas, que se menosprecian en otras producciones.

-¿Y qué le parece el reparto?

-El elenco está muy cuidado. Los directores nos dejan espacio y repetir para que salga todo perfecto. La comedia no significa cualquier cosa, sino que puede tener un nivel de calidad alto. A veces, parece que el drama es lo que se cuida y que la comedia es hacer el tonto.

-¿Y realmente es tan malo su personaje como parece?

-Bueno, tiene dos cosas a favor. Primero, que es la abandonada. Todos hemos estado en ese lugar y hay que entenderla. Ella tiene su corazoncito y quiere que la quieran como todo el mundo. Y lo segundo positivo es que, como acumula muy mala leche, tiene mucho sentido del humor e ironía. Desde su maldad, es muy lianta, pero también muy divertida.

-Pues parece que le cae bien…

-Estoy disfrutando con el personaje. Cuando haces de bueno es lo que tienes que hacer en la vida, pero el mal es lo que no puedes hacer porque tiene consecuencias. Y cuando te dejan hacer el maligno es muy divertido, ya que, al ser un juego, no tiene consecuencias reales. Es divertidísimo hacer de mala. Mucho más que hacer de buena.

-¿Tienen cuidado en tratar la crisis para no herir susceptibilidades de quien realmente lo pasa mal?

-Partimos de una base de respeto, porque en ningún momento nos mofamos de la situación. Intentamos sacar lo positivo y cómo nos podemos reír con eso. Sabemos que hay un montón de gente pasándolo mal y que la situación no tiene ninguna gracia. Tratamos de divertirnos dentro de eso. De la amargura sale la sonrisa y de las situaciones más complicadas es donde uno saca más fuerzas que nunca. Intentamos transmitir a esa gente que lo que nos queda es reírnos porque nos han quitado un montón de cosas:  la casa, el coche, la Seguridad Social, el  trabajo… Pero reírse es gratis y eso lo puedes seguir haciendo.

-¿Volvería con Buenafuente?

-Volvería con él donde me pida. Pero hay que dejar hueco a gente nueva. Soy consciente de que he pasado una etapa con él. En lo de su frustrado paso por A-3, influyó quizá que la gente le identificaba con el late

night y no estaba enterada de que aparecía a otra hora. Creo que el humor se está moviendo de franja y el público anda un poco despistado. Salvo El intermedio y El hormiguero, que son los dos grandes bastiones, los demás aparecen y desaparecen.

-¿Y usted sí tiene un buen trabajo y no está con el culo al aire?

-Quiero estar muchas temporadas  y seguir con el culo al aire. Y a la que venga un poco de calor, me bajo los pantalones.

-¿Qué fue del proyecto de La Sexta titulado Con la que está cayendo?

-Ahí quedó. Todo estaba bien, pero faltaba dinero. Se quedó a la espera de encontrar un hueco en la parrilla y un momento económico mejor. Estamos todos igual: tenemos muchas ganas y poco sueldo.