Carnicería caníbal

Han contratado un nuevo antropófago en Tele 5. Es Carlos Lozano. Lo hace muy bien. Se planta en los programas de la cadena –fundamentalmente los 'Sálvame' y el 'Deluxe'– y desempeña el papel de caníbal en jefe. Se encara con las  criaturas que conforman la granja de colaboradores y se las va comiendo a mordiscos a base de reproches, insultos y provocaciones. Es una antropofagia muy vistosa.

La primera gran damnificada ha sido Mila Ximénez. Empezó a roerla hace unos días y al final, ella, cansada de tener sus carnes clavadas de dientes, explotó y le dijo: "Tú no eres nada más que una herramienta que tiene el programa, y la dirección, para darnos zascas a nosotros". Sí señora, estamos de acuerdo. El canibalismo es un arte que Tele 5 viene impulsando desde hace tiempo. Las carnicerías entre los colaboradores les da siempre mucha audiencia.

A Lozano le tenían en espera de destino, deambulando por la cadena, y finalmente le han encontrado ocupación: le han dicho que se ponga feroz con sus compañeros y muerda. Le llaman 'el defensor del pueblo'. Naturalmente es una broma. No defiende al pueblo, defiende la esencia de este tinglado televisivo, entendido como un gran matadero. Nunca cuestiona el sistema. Se trata solamente de ir lanzando dentelladas a sus congéneres, allí presentes. Aunque a pesar de las heridas todos gozan de buena salud, deberían pagarles un plus por la sangría emocional que soportan. 

Lozano suele presentarse con sombrero negro y gafas oscuras, y a veces le acompaña su perro. Debe ser duro para el can: es el único que no muerde. A Lozano la dirección le ha dicho que se ponga implantes capilares, porque no puede ser que un caníbal sea calvorota. No es serio. No infunde respeto. Cuando los implantes crezcan su ferocidad aumentará de forma directamente proporcional a su mata de pelo. Temo por la salud de su pobre perro.

TELERAHOLA

Veo que en Polònia ahora hacen coña con Pilar Rahola porque sale permanentemente en TV-3. Advierten que TV-3 se ha convertido en TeleRahola. Se equivocan. Como tele 'privada' que és, TV-3 es libre de sacar continuamente a su telepredicadora predilecta. Si fuera una cadena pública seguirían un escrupuloso equilibrio ideológico: un día pondrían púlpito a Pilar Rahola, y al día siguiente, a Albert Boadella.