PAULA ECHEVARRÍA / Actriz

«La audiencia de 'Velvet' me puso nerviosa»

Paula Echevarría como Ana, personaje protagonista de la serie 'Velvet'.

Paula Echevarría como Ana, personaje protagonista de la serie 'Velvet'.

J. C. R.
MADRID

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Velvet cierra hoy su segunda temporada como uno de los éxitos de A-3 y, de paso, reafirmando la popularidad de sus protagonistas. Como Paula Echevarría, que reconoce que su personaje, Ana Rivera, le gusta más en esta segunda parte: «He sido más cañera, porque ya no soy la modista del principio, sino una diseñadora con voz, voto y opinión... Eso ha generado discusiones -dice-, pero en plan Luz de luna o Atracción fatal...».

-¿Se puso nerviosa cuando el pasado octubre se estrenó esta temporada, por las cifras de audiencia?

-El primer año tienes muchos nervios, pero creo que en esta segunda me puse aún más nerviosa, porque habíamos creado un precedente. En la primera, si haces tres millones de espectadores, es un buen dato. Pero hacer eso mismo en esta segunda temporada no sabía si era tan bueno, porque acabamos con la primera entrega con 4,6 millones. Te crea un poco de desasosiego por dentro. He de reconocer que me pasé todo el verano pasado oyendo hablar de Velvet. En las redes sociales y por la calle no hacían más que preguntarme cuándo volvíamos. La gente estaba super revolucionada esperando el estreno de esta segunda temporada..., pero eso no te da la seguridad de que vaya a ir bien.

-¿Le ha gustado cómo se ha visto en pantalla o es autocrítica?

-Me gusta verme y soy autocrítica, pero es verdad que con Velvet he conseguido algo que no lograba antes: ver la serie como espectadora y no criticarme. No obsesionarme con mis posibles fallos o defectos, como en la primera. En el momento en que, viendo llorar a Ana Rivera, lloro, es que he salido de la burbuja en la que estaba la anterior temporada. He llegado a sufrir con esta historia. Intento verla siempre así, porque para criticarme ya estoy en el plató viendo la escena recién grabada y sacándome defectos. De todos modos, no soy una actriz metódica en ese sentido. No pido verme después de terminar una secuencia... Debo de ser de las pocas que no lo hacen. Es más, hay veces que Carlos Sedes, el director, tiene que decirme que me vaya a ver. Me hago la remolona.

-¿Y ha visto  la serie con su hija?

-No, porque es muy pequeña. Todavía no entiende. Mi hija sufre si me ve llorar, porque no sabe por qué lloro. Lo de que me vea besarme con otro hombre lo puede entender mejor, pero verme sufrir le crea un malestar.

-¿Cree que sigue sus pasos, o los de su padre, David Bustamante?

-Va a clases de guitarra. El año pasado veía a su padre tocarla y se apuntó. A las tres clases veía que no se le daba del todo bien y ya quería desconectar. Le dije que tenía que acabar el curso, porque hay que ser constante. Lo acabó y se volvió a apuntar.

-¿No siente la presión de ser una gurú de la moda por internet?

-Nunca la he sentido. Yo me visto para mí. Si gusta bien y si no, lo siento. Al final, con quien tienes que estar bien es contigo misma. Siempre he dicho que para ir al instituto tardaba una hora en arreglarme. Me gustaba ir impecable. Elegía mi ropa y nunca hacía eso de coger lo primero que pillaba. No me he sentido presionada por eso nunca, porque no es algo que haya fomentado o buscado. Y se me dirá que si tengo un blog de moda algo habré fomentado. Claro que sí. Pero he hecho un blog, porque mucha gente escribía a las redacciones de las revistas preguntando qué lleva Paula, de dónde es…  Y mi amiga Cristina Mitre, que trabajaba en Elle, me dijo: «Tía, cuéntalo tú, porque nos tienen aquí martirizadas en la redacción todo el rato preguntando». Y eso es lo que estoy haciendo: contar lo que llevo.

-¿Y sigue tardando una hora en arreglarse antes de salir de casa?

-Pues sí, y creo que seré así hasta que me muera.