LOS PELIGROS DEL DESARROLLO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Un padre de internet alerta sobre la pérdida de programas digitales

MICHELE CATANZARO / HEIDELBERG

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Tras la caída del imperio romano, buena parte de los manuscriptos que recogían los conocimientos de esa época se destruyeron por la guerra o la degradación. Pasaron siglos antes de que se recobrara parte de esa información. Algo muy parecido estaría ocurriendo en la actualidad con la información digital, según alerta el informático Vinton Cerf, uno de los padres de internet. El experto lanzó la alarma en el Heidelberg Laureate Forum, el encuentro anual de los matemáticos e informáticos galardonados con los premios equivalentes a los Nobel en sus respectivas disciplinas, que tuvo lugar en la ciudad alemana la semana pasada.

«El director de la biblioteca de Alejandría ha hecho escanear muchos manuscritos, pero puede ser que la versión digital sea menos duradera que la original», dijo para dar una idea de la situación.

Los historiadores de hoy se basan sobre todo en documentos de papel para su trabajo. Pero los del futuro deberán lidiar con documentos digitales de todo tipo, desde los SMS con los cuales Angela Merkel ha tomado decisiones fundamentales, hasta los correos electrónicos de estadistas y escritores. Y es más que probable que esa información se pierda pronto, cuando los programas y sistemas operativos que permiten leerlos se hayan vuelto obsoletos.

PROBLEMAS EN WORD / «Ahora mismo Word ya no puede leer documentos generados con sus versiones antiguas», dijo Cerf, que apuntó que un viejo contrato de propiedad que no se haya impreso en papel sería hoy inaccesible, generando posiblemente disputas legales. «Nos convertiremos en fantasmas en el futuro si no encontramos maneras de preservar la información digital», afirmó.

Cerf tiene el cargo de evangelista jefe de internet en la empresa Google, que ha sido recientemente obligada por Europa a reconocer el derecho al olvido (borrar de su buscador algunas informaciones perjudiciales). Así que su defensa de la memoria digital tiene resonancias corporativas. Sin embargo, Cerf reconoce los dos lados del problema. «Internet recuerda cosas que queremos que olvide, y olvida cosas que queremos que recuerde», admite.

En 2013, la Unesco convocó a 400 expertos en Vancouver para debater el asunto. Las soluciones existentes no acaban de funcionar. «Conformarse con guardar poca información importante no es una buena idea: la importancia de ciertos documentos puede llegar a entenderse siglos después de su escritura», apunta Cerf.

Su propuesta va a la raíz del asunto. «Las leyes de propiedad intelectual deberían modificarse: necesitamos que alguna institución o autoridad tenga acceso a los códigos de los programas y de los sistemas operativos, con el compromiso que solo los usará para archivarlos de cara a usarlos en un futuro para leer información antigua generada por ellos», explica. «Una sociedad le debe a su futuro la memoria de su pasado», concluye.