Gente corriente

Xon Pagès y Àlex Lerís: "Ser una librería de barrio está muy bien"

En los años 90, Etcètera fue una librería especializada en indios norteamericanos. Ahora es una librería de barrio.

«Ser una librería de barrio está muy bien»_MEDIA_1

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CATALINA GAYÀ

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-¿Ha venido con notas a la entrevista?

-Àlex: «La libertad es una librería». La cita no es nuestra; es de Joan Margarit. Y alguien dijo que quien observaba los estantes de una librería veía los universos que había recorrido y los que le faltaban por recorrer.

-Siga.

-À.: ¿Cómo escogemos los libros? Con tres criterios: actualidad, profundidad y calidad.

-Xon: Y a veces coinciden los tres.

-Es mi turno, ¿cómo se conocieron?

-X.: Militando en un partido político. Era el año del Naranjito, ¿no?

-À.: Hace 30 años y cuatro meses.

-¿Y cuándo abren la librería?

-X.: Yo trabajaba aquí antes de cogerla. Etcètera abrió cuando murió Franco y creció como librería, juguete didáctico y papelería. La cogimos los dos cuando hacía un año que vivíamos juntos y seguimos con ese modelo hasta que nos pilló la primera crisis.

-¿La primera crisis?

-À.: A finales de los 90 hubo una importación masiva de juguetes orientales y se crearon cooperativas de consumo.

-X.: Y nos preguntamos: ¿qué nos gusta? Los libros. Todo el mundo nos decía que una librería en el Poblenou no funcionaría. Yo creo que Etcètera siempre quiso ser una librería.

-Y con esta crisis...

-À.: Espere, está en una de las tarjetas. Mi mujer cita a Picasso y dice que la inspiración existe pero tiene que encontrarte trabajando. Un librero lee, escoge y tiene que ser muy honesto en el momento de recomendar. Nosotros escogemos lo que nos gusta, no tenemos márgenes de ganancia, así que somos independientes.

-Es decir...

-À.: El librero se hace a base de mil lecturas. Nosotros leemos unos 100 libros al año, cada uno 50. Recomendamos aquello que nos gusta, aquellas lecturas que te descubren pequeñas pasiones. De las grandes ya se encargará la vida.

-¿Se han especializado?

-X.: La vida nos ha enseñado a no hacer muchos proyectos. En los años 90, por casualidad, nos convertimos en una librería especializada. Queríamos diferenciarnos de las librerías generalistas y buscamos temas.

-¿Qué temas?

-X.: Desde feminismo a dinosaurios. Temas que nos especializasen, es decir, que la gente supiera que en el Poblenou había una librería de tal cosa. Por casualidad, encontramos a los indios norteamericanos.

-¿Cómo?

-À.: Fuimos a una feria en el paseo de Gràcia y pedimos a una editorial que nos enviara dos ejemplares de un título de indios norteamericanos. Nos enviaron 22 ejemplares y los vendimos muy rápido.

-X.: Durante muchos años ha venido gente de Madrid y de Zaragoza buscando libros de indios. Ya no éramos una librería de barrio, habíamos dado un salto.

-¿Y ahora?

-X: Llegó un punto en el que nos cansamos, así que lo dejamos y, después de muchos años, hemos llegado a la conclusión de que ser una librería de barrio está muy bien: hacemos un servicio al barrio.

-¿Cómo define una librería de barrio?

-X.: Por el trato diferente con el público. Al final sabes la vida de la gente más allá de sus gustos literarios. Hace poco, una clienta que tiene 80 años nos pidió un libro y tardó días en recogerlo. Por supuesto, nos preocupamos.

-À.: Además, cuando lees ya piensas a quién le puedes recomendar un libro, a qué tipo de persona le podrá interesar.

-¿Piensan en sus lectores por su nombre?

-[Los dos]: ¡Claro que sí!