MEJORAS EN EL CENTRO PENITENCIARIO DE SANT MARTÍ

Presas contra el machismo

La cárcel de Wad-Ras 'pone en marcha un programa de formación con visión femenina"

zentauroepp43646968 wad ras180608202059

zentauroepp43646968 wad ras180608202059 / Albert Bertran

Óscar Hernández

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las conocen como las aeropuerto dentro de la prisión barcelonesa de mujeres de Wad Ras. Ingresaron en este centro por haber sido sorprendidas con drogas a su llegada a El Prat. Muchas dejan, al otro lado del Atlántico, hijos, marido, padres (la mayoría son jóvenes) y toda una vida. Aquí, en una cárcel que parece poco lo que es y en la que los barrotes no son muy visibles, deben comenzar una nueva vida, pero también aprender a vivir después en libertad y sin errores. Para ellas y para el resto de reclusas se ha estrenado un programa nuevo de formación con visión femenina.

“Las mujeres representan el 7 % de la población reclusa en Catalunya. es decir, por cada presa hay 11 presos. Sin embargo, hasta ahora a ellas se les aplicaban los mismos programas de rehabilitación que a ellos”, explican fuentes de la Conselleria de Justícia, que gestiona las cárceles catalanas. Esta anomalía se acaba de empezar a corregir con un nuevo programa de integración “con visión de género”, según sus responsables. En otras palabras, pensados para mujeres.

Diferencias impuestas

Jeane, Cristina y Sara son tres de las nuevas alumnas. Tras ver un vídeo en el que niños y niñas son premiados de forma muy diferente por una misma tarea en función de su sexo comienzan a opinar, a criticar esa discriminación, guiadas por la educadora, Núria. “A los niños se les educa con machismo y habría que hacerlo con igualdad como yo hago con mis hijos”, reflexiona Cristina, presa en Wad Ras. “Desde pequeños la sociedad impone las diferencias”, apunta Jeane.

“Empezamos en Sant Jordi con este programa específico en el que participan una decena de internas durante seis meses y en el que ellas pueden hablar de sus cosas intimas, sacar sus problemas y compartirlos. Se tratan temas personales y familiares como el que muchas hayan tenido que dejar fuera a sus hijos”, explica Soledad Prieto, directora de la cárcel barcelonesa y con 35 años de experiencia en centros penitenciarios.

“El objetivo del programa es dar poder a las internas, que participen y gestionen más su vida en la cárcel. También se las ayuda a tomar conciencia de la dignidad de la mujer y de su derecho a la integridad física, porque muchas han sufrido violencia y han perdido autoestima”, añaden las mismas fuentes de Justícia.

“Empecé este curso hace dos meses, cuando ingresé por un problema de drogas. Para mí está siendo muy bueno porque me hace valorar como mujer  y me dice cómo puedo crecer y cambiar las cosas”, cuenta a este diario Jeanne, ilusionada. Sólo se le asoma una brizna de tristeza cuando explica que su marido y su hija de 5 años siguen en Brasil. “Es muy duro, pero esto me está ayudando a ver que soy fuerte  y que puedo ser mejor”, añade con una sonrisa de esperanza.

Diferencias por género

Justícia aporta unas cuentas cifras que justifican el trato diferencial en la ayuda y reinserción de los reclusos en función de su género. El 59% de las presas han sufrido violencia de género (ningún hombre). Es decir, seis de cada 10.  Una vez en libertad, reinciden el 26% de  las mujeres y el 30% de los hombres. Y el tráfico de drogas es la principal causa de encarcelamiento de las mujeres (32%) que en los hombres solo representa el 15%.

La iniciativa de la cárcel de mujeres barcelonesa, que se gestó a partir de un programa de la ONU en Argelia, se extenderá a otros centros catalanes según su resultado. De momento, ocho alumnas y una educadora abren el camino. En la cárcel de Wad Ras viven ahora 130 reclusas y hay otras 300 en régimen abierto. Es la única cárcel femenina de la ciudad. En el resto de Catalunya las mujeres ocupan módulos separados pero en cárceles de hombres.

En una visita a la cárcel de mujeres de Wad-Ras, la 'consellera' Ester Capella, ha explicado que su departamento ha iniciado el programa de formación "con visión de género" para proporcionar herramientas de "empoderamiento fermenino" y "pautas de salud sexual y reproductora" para todas las reclusas catalanas.  Uno de los objetivos, según ha afirmado, es intentar evitar que cuando las presas salgan en libertad se "reproduzcan situaciones vitales anteriores" marcadas por la violencia machista. Para ello, se pretende incrementar su autoestima y proprocionarles ciertas pautas.