SEGUNDA GRAN MANIFESTACIÓN PACÍFICA

Valencia clama en masa contra la brutalidad de la policía

CARLOS AGUILÓ
VALENCIA

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Los estudiantes cumplieron ayer su promesa en Valencia. «Si no dimiten, mañana volveremos», gritaban la noche del martes a las puertas de la delegación de Gobierno. Y así lo hicieron. Esta vez ya no eran los 30 menores del primer día, ni los más de cien del día siguiente. Ni siquiera los varios miles de jóvenes del último día. Ayer, en la sexta jornada de lo que ya se conoce como primavera valenciana, el número posiblemente se duplicó. Miles de ciudadanos volvieron a tomar pacíficamente el centro de la ciudad como protesta por la «desproporcionada represión policial» de la última semana y para exigir las dimisiones de la delegada de Gobierno, Paula Sánchez de León, y del jefe superior de la Policía en Valencia, Antonio Moreno.

Los estudiantes ya no estaban solos. Ayer les acompañaron padres, profesores y miles ciudadanos de todas las edades en una manifestación promovida por un centenar de entidades ciudadanas, entre ellas todos los partidos políticos salvo el PP y los sindicatos. Los jóvenes volvieron a liderar la marcha desde el instituto Lluís Vives hacia la delegación de Gobierno bajo una pancarta dirigida al jefe de la policía: Som el poble, no l'enemic. Y es que el inspector Moreno, dos días antes, había definido de «enemigos» a los primeros manifestantes.

POLICÍA DISCRETA / Y tras la primera línea de la marcha, la de los representantes de los estudiantes, los políticos, con una pancarta en que se reivindicaba la libertad y la democracia. En todo el trayecto de la manifestación, apenas tres furgones de la Policía y el omnipresente helicóptero sobrevolando la zona.

Antes, por la mañana, Sánchez de León escenificó su cambio de estrategia y estableció los primeros contactos con los colectivos implicados. Primero se reunió con el Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana, José Cholbi, que ha recibido más de 20.000 quejas por las actuaciones de la Policía en los últimos días.

Más tarde, Sánchez de León atendió a los responsables del Lluís Vives y a los rectores de la Universidad de Valencia y la Politécnica. La delegada transmitió a los colectivos que no era el momento de las dimisiones, sino del diálogo. Lo hizo después de una violenta semana por las calles de la capital del Turia con duras cargas policiales y al menos 42 detenidos, casi la mitad de ellos menores de edad.

Pero la primavera valenciana no termina aún, Se espera al menos una semana más de movilizaciones, con una gran protesta el sábado contra los recortes y, el miércoles, 29 de febrero, con huelga general de estudiantes, tanto de secundaria como universitarios.