TRÁFICO

Uno de cada 1.000 catalanes ingresa en el hospital por un accidente de tráfico

EDWIN WINKELS
BARCELONA

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Son los grandes olvidados. Muchas noticias sobre el número de víctimas mortales en las carreteras, de que han descendido de manera espectacular, de que las medidas de prevención y sanción funcionan, pero ¿y los heridos? Por cada persona que fallece en un accidente de tráfico hay 12 heridos graves. Y al contrario del número de víctimas mortales, que en los últimos 10 años han descendido el 57% en Catalunya, las cifras de personas con lesiones graves no ha seguido la misma tendencia. Y muchas veces son heridas tan duras que trastocan profundamente una vida para siempre, además del quehacer diario de la familia y de la gente que rodea a la víctima.

Es este el objetivo que el director del Servei Català de Trànsit, Josep Pérez Moya, propuso ayer al concluir en Barcelona la tercera Jornada de las Víctimas de Tráfico: reducir también esa lacra, la de motoristas, automovilistas, peatones y ciclistas que, en un choque, una caída o un atropello sufren traumatismos craneoencefálicos (el 15% de los hospitalizados), lesiones medulares (0,7%) o heridas en las extremidades (30%), a menudo con daños de pronóstico muy grave.

La posibilidad de entrar por las urgencias de un hospital a causa de un accidente viario es muy elevada: le pasa cada año a casi uno de cada 1.000 catalanes, un total de 6.177 en el 2007, que bajó a 5.500 el año pasado. Y la estancia media para recuperarse de las lesiones es de 11 días. Alarmante es también el grupo de edad más afectado, el de los adolescentes de entre 15 y 19 años, víctimas sobre todo de accidentes de ciclomotor. En esta franja, son casi tres de cada 1.000 los que deben ser hospitalizados. Les siguen los de 20 a 24 y los de 25 a 29 años, y en todos los grupos la presencia del hombre es mayoritaria.

HOMBRES JÓVENES Además, según uno de los tres estudios que se presentaron ayer, el del Institut Guttmann, son los hombres de entre 17 y 35 años las víctimas habituales de una lesión medular, junto con el daño cerebral, la herida más grave que se suele sufrir en accidentes de tráfico. Es gente que a partir de ese momento fatídico ya siempre dependerá de otros para su vida diaria, tal como resaltaron en testimonios valientes, reveladores y muy realistas varias personas que sobrevivieron a un accidente de tráfico con heridas graves, todos ellos sentados ahora en sillas de ruedas.

Son heridas que además del sufrimiento causan un elevadísimo coste económico. En el año 2007, los casi 35.000 heridos en accidentes de tráfico de Catalunya supusieron un coste social total de 144 millones de euros (atención sanitaria, ayudas públicas y pérdidas de días de trabajo, entre otros factores), una cantidad que se multiplica hasta los 1.559 millones si se incluyen las consecuencias a largo plazo en gente que ya no vale por sí misma y necesitará siempre ayuda y, en muchos casos, ya no volverá a trabajar.

MEJOR MOVILIDAD Mucho más allá de los números, las estadísticas y los costes económicos, fueron también las propias víctimas, quienes recordaron las consecuencias que estos accidentes tienen en la vida de mucha gente. Pese a un mensaje alentador que quisieron transmitir, recordaron en todo momento que preferirían no haber pasado nunca por esta experiencia. Antes estaban mejor. Además, pidieron más ayuda a la Administración, no solo para seguir disminuyendo los accidentes, sino para algo tan sencillo como adecuar aceras, edificios o transportes para las personas con movilidad reducida.