La financiación de la educación superior

La universidad pública catalana es la sexta más cara de Europa

VÍCTOR VARGAS LLAMAS
BARCELONA

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Los 1.750 euros que marcan el umbral mínimo para cursar un grado público en Catalunya representan la cuarta tarifa más cara de todos los sistemas universitarios europeos, solo superada por las de Irlanda, Irlanda del Norte y Gales. Una estadística que no es mucho mejor al buscar el límite de precio máximo de los estudios superiores continentales, entre los que las facultades españolas en general ocupan el sexto puesto, con un desembolso de 2.600 euros.

Esa es una de las principales conclusiones que se extraen del informe El coste de estudiar en Europa, elaborado por el Observatorio del Sistema Universitario y presentado ayer por la coordinadora del estudio, la profesora de la Universitat Politècnica de Catalunya Vera Sacristán.

El análisis, realizado en 38 regiones de 32 estados de Europa, constata la existencia de un grupo de 11 países que garantizan el acceso gratuito a la universidad, otros 12 con una horquilla de precios que oscila entre los 7 euros de la República Checa y los 1.066 euros de Portugal, y un tercero, donde figuran Catalunya y España, con tarifas superiores.

El sistema educativo catalán y español engrosa también la lista de países con los costes más elevados para cursar un máster, alejados de los 21 estados en los que la cuota máxima no excede los 1.300 euros Otro dato palmario sitúa las tarifas de las universidades públicas catalanas para estudios de posgrado en la cuarta posición respecto al precio mínimo, casi el doble del valor máximo que establecen la mayoría de facultades europeas. España ocupa la séptima posición.

Un encarecimiento en el acceso a los estudios superiores que, sin embargo, ha visto mermado en los últimos años uno de sus principales mecanismos de compensación, el de las becas. El informe destaca que el económico ha dejado de ser el único criterio para la concesión de ayudas, al añadir requisitos relacionados con los méritos académicos, una fórmula «minoritaria» entre los países europeos, según destacó Sacristán.

SIN PRÉSTAMOS / Tampoco las autoridades españolas habilitan recursos que faciliten el acceso a la universidad de los colectivos desfavorecidos y sin beca. Forma parte del 29% de países en los que el Estado no garantiza la concesión de préstamos al estudio sin intereses o muy bajos.

Un escenario al que Sacristán recurrió para cuestionar el discurso oficial. «Cuando dicen que hay que equiparar los precios de las universidades a los países europeos, solo dan ciertos ejemplos», dijo. Y recordó que se obvia la gratuidad de la matrícula en 11 lugares y la compensación con subsidios en otros 10, con tarifas menores a las que aplica España.

«Las autoridades deben decidir si estudiar es una inversión que da réditos individuales y que debe asumir el propio estudiante -expuso Sacristán- o si debe cambiar el  modelo y centrarlo en la captación de talento, con independencia de la situación económica del estudiante, porque es un bien para el país».