INICIATIVA JUVENIL

Una web universitaria elabora una clasificación de los mejores locales para comer patatas bravas

Vence el Bar Tomás, de Sarrià

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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La patata ha de ser crujiente por fuera y blandita por dentro, con un punto de picante, pero sin pasarse. La salsa rosa se considera un sacrilegio. También son importantes tanto la forma y el color del tubérculo como su presentación. Criterios, estos, sumados al subjetivo placer de su ingesta, que miles de universitarios han tenido en cuenta para entronizar la tapa de bravas del Bar Tomás, en Sarrià, como la mejor de Catalunya. Lo han hecho a través de la página patatabrava.com, una red social que cuenta con más de 170.000 usuarios en toda España.

El Bar Tomás, un clásico que la mayoría de barceloneses ha frecuentado alguna vez, se ha consolidado desde las tres últimas décadas como un lugar de encuentro de estudiantes. También de visita de turistas. El local abrió en 1919 frente a su actual ubicación, en el número 49 de la calle Major de Sarrià (adonde se trasladó en 1956) y está regentado desde hace 23 años por Antonio Betorz.

Colas a la entrada

La fama de las bravas, cuenta, les llegó a principios de los 70 y el boca a boca --además del hecho de constar en guías de viajes-- ha hecho que incluso se formen colas a su entrada en días festivos. Muchos, para llevarse raciones a casa. Los universitarios no. Ellos se quedan, sobre todo, al mediodía, cuando acuden a comer un plato combinado en el que no falta la tapa de patatas considerada para algunos como"una experiencia orgiástica"o"la mejor del sistema solar", según comentarios que han dejado en patatabrava.com.

¿Y cuál es el secreto?"No hay",dice Betorz, quien resta importancia a la afamada salsa que aúna, como pocos saben, picante yall i oli."El único --añade--es un equilibrio entre la oferta y la demanda". O sea, que tal como van saliendo de la cocina se van sirviendo, con lo que siempre están recién hechas.

Al margen de las bravas, Betorz también se vanagloria de ser aplaudido por su clientela por las empanadillas de bonito, las croquetas de pollo y las anchoas. Pero la mayoría de universitarios van a tiro fijo: bravas y cerveza, quizá también porque es una combinación más económica, 3,50 euros. Pero la crisis es la crisis."Ahora tienen el bolsillo más escaso y se nota, porque hacen menos campanas y aunque muchos siguen viniendo algunos a veces no piden bebida",cuenta. Pese a ello, trabajo no les falta. Cada día sirven solo de bravas unas 400 raciones.

Tampoco les falta clientela a otros bares de tapas que se han colocado en el podio: el Bar Mandri (en la homónima calle), el Ski (en la Via Laietana) y La Esquinica (en el paseo de Fabra i Puig), que siguen al Bar Tomás, por ese orden, como los mejores de la ciudad donde comer unas deliciosas bravas.

La iniciativa de esta clasificación nació con la web patatabrava.com, un portal gestado en el 2002 por tres estudiantes de periodismo de la UAB, Oriol Solé, Andreu Caritg y Felip Gordillo, durante las horas que pasaban en el bar de la facultad. Actualmente los dos primeros siguen al frente de lo que ya es una empresa de la que viven y cuenta con seis trabajadores.

La web recibe unas 400.000 visitas mensuales y ofrece más de 20.000 archivos de apuntes por universidades, asignaturas y profesores. Lo del nombre, explica Solé, nació porque siempre que se reunían pedían unas bravas. Pero también les gustan otras tapas. Por eso, ya se les ha pasado por la cabeza un chistorra.com.