CONTROVERTIDO FESTEJO TAURINO

Toro de la Vega, el fósil de Tordesillas

Los lanceros compiten hoy por matar a Rompesuelas en un torneo de origen medieval más criticado que nunca «Si nos quitan esto, el pueblo se hunde», advierte un vecino

Fiesta mayor 8 Rejoneadores, ayer, antes de participar en un espectáculo taurino en la plaza de Tordesillas.

Fiesta mayor 8 Rejoneadores, ayer, antes de participar en un espectáculo taurino en la plaza de Tordesillas.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / TORDESILLAS

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Hay rejoneo en la plaza de toros de Tordesillas. La cita es a las seis, pero a las cinco ya hay gente que quiere coger sitio en la grada por la que cae el sol. Es también la más cercana a la orquesta. Dolores es una señora que no tendrá más de 65 años y que habla del Toro de la Vega porque le preguntan, no porque le guste tratar el tema con un desconocido. Esta tradición o carnicería, según quien opine, matará esta mañana a un astado a la vera del Duero, y ella no le ve "ningún problema". "¿No vivimos en democracia? Yo no soporto el fútbol y me toca aguantarlo cada día". Rompesuelas se llama el morlaco escogido para el torneo. Pesa 640 kilos, y si no obra el milagro, a la hora del almuerzo yacerá muerto para júbilo del respetable y pasmo de una mayoría social que como nunca ha mostrado su rechazo a la justa.

Esta es la crónica de una muerte anunciada. El relato de un pueblo harto de que le digan lo que puede y no puede hacer, y de un país que mayoritariamente no entiende que aún se permita que decenas de personas, a caballo o a la carrera, compitan por matar de una lanzada a un animal, arropados por miles de aficionados, por mucho que la tradición hunda sus raíces en el medievo, cuando también el verdugo cortaba cabezas. Es el fósil viviente de Tordesillas.

Cristóbal tiene un taller y pasea el perro junto a sus dos hijos por los terrenos donde hoy se desarrollará el asunto. Sostiene que es un torneo con normas estrictas -el año pasado le cayeron casi 50.000 euros a un vecino que alanceó al animal una vez había superado los límites del pinar- y que el pueblo depende de este día en el que la población pasa de 9.000 a más de 30.000 personas. "Si nos quitan esto, Tordesillas se hunde", vaticina.

"Hazme un corte"

En la calle del Corro Pozo, un niño de unos 10 años juega con un carromato con la cabeza de toro que se usa para practicar la lidia. "Hazme un corte", le pide al periodista. Embiste y el instinto invita a apartarse. "¡Buen corte!", regala el abuelo. Y juntos se meten en una casa en la que una de las peñas del pueblo celebra su comida de fiesta mayor. La villa vive por este día. El atuendo recuerda al de San Fermín, con el añadido de un bastón que blanden tanto los niños -en la plaza Mayor los usan para jugar a hóckey con una lata- como los mayores. "Aquí hemos crecido todos con el Toro de la Vega. A algunos no les gusta, pero no es habitual que lo admitan", reconoce Ramiro, vecino que vive junto a la verja en la que suelen asirse con cadenas los detractores de este discutido festejo.

El jueves pasado, el partido animalista PACMA se reunió con el alcalde de la localidad, José Antonio González (PSOE). "No sale de sus trece, aunque podría pasar a la historia como el hombre que puso fin a esta barbarie", relata Silvia Barquero, presidenta de la formación, que hoy, como cada año, registrará imágenes "para denunciar la brutalidad con que se trata al toro". Unos días antes habían entregado 120.000 firmas contra el torneo al líder del PSOE, Pedro Sánchez, que les prometió una ley contra el maltrato animal. Pero solo si gobierna tras las próximas generales.

Rompesuelas habrá pasado la noche en la plaza de toros, adonde cada año es trasladado desde los corrales a medianoche en una especie de desfile para que lo vea el pueblo. Cuenta Cristóbal que si los vecinos no lo consideran un buen ejemplar, el ayuntamiento deberá cambiarlo. Se han pagado a una ganadería extremeña cerca de 6.000 euros. A las once de la mañana de hoy, cuando se dé el petardazo, un encierro por las calles dará paso al campo abierto, donde según defiende Tordesillas comenzará una batalla de igual a igual.

Durante estos días, la Guardia Civil ha intensificado la vigilancia y se ha dedicado a identificar a todo el que entraba en la zona. Los malos, al parecer, son los que quieren boicotear el Toro de la Vega.