La tasa de fracaso escolar castiga a los alumnos más pobres

El 20% más pobre de la población escolar ha visto cómo en los últimos años han aumentado en un 1,4% sus posibilidades de fracaso escolar, a pesar de que, en global, la tasa de abandono prematuro del sistema educativo se ha reducido notablemente. El rendimiento de estos alumnos, muchas veces de origen extranjero, es también 1,2 veces más bajo que el de los estudiantes autóctonos, una brecha que en Catalunya es bastante más amplia que la media española y europea, según constata un informe presentado este jueves por la oenegé Save the Children.

El estudio, elaborado a partir de información obtenida a través de entrevistas y complementado con fuentes estadísticas oficiales y con estudios y artículos especializados, señala que el fracaso escolar alcanzó su máximo en el 2008, cuando llegó al 31,9%, y comenzó a reducirse desde ese año hasta situarse por primera vez por debajo del 20% en el 2015. Esta caída de 11 puntos porcentuales en siete años contrasta, no obstante, con el aumento de ocho puntos de la tasa de abandono de los jóvenes de las familias españolas más desfavorecidas: en el 2008, era del 28% y en el 2015 del 36%, indica el informe.

La oenegé reclama, por ello, que las autoridades educativas definan de una vez por todas un plan de lucha contra la segregación escolar "que garantice la equidad en el acceso a la educación de los alumnos catalanes, independientemente de su origen o condición social". También proponen la creación de "planes de acción positiva" en los centros educativos de mayor complejidad social, entre los que destacan programas de hermanamiento con otras escuelas (programas 'magnet'), planes de choque específicos o el refuerzo del profesorado.

MÁS PUNTOS PARA LOS HIJOS DE EX ALUMNOS

La entidad pide, en particular, que se "eliminen los criterios de acceso que fomentan la inequidad", como la condición para la preinscripción introducida por la Conselleria d'Ensenyament en el 2011, que establece que los alumnos cuyos padres estudiaron en el colegio escogido tengan más puntos que los que no son hijos de exalumnos.

También es fundamental, reclama Save the Children, que se recupere el gasto público destinado a educación, particularmente en Catalunya. En el 2013, el gasto público por alumno no universitario fue de 4.237 euros, la tercera más baja de todas las comunidades autónomas españolas. "No se puede lograr la equidad educativa sin los fondos adecuados y sin los mecanismos redistributivos pertinentes", lamenta la oenegé. "Catalunya no solo tiene una inversión per cápita menor que la media estatal sino que, además, el gasto público en educación en esta comunidad ha experimentado una reducción progresiva durante los últimos años, que se cifra en más de 1.360 millones de euros durante el periodo comprendido entre el 2009 y el 2014", asegura.