reacciones al 'caso de la manada'

"¿Y ahora yo qué le digo a mi hijo?"

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María Jesús Ibáñez

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"¿Y qué le digo ahora a mi hija?", se han estado preguntando, en público y en privado, muchas familias después de hacerse pública la sentencia de la Audiencia de Navarra sobre el 'caso de la Manada'. Desde luego, a una hija no hay que hacerle sentir miedo, ni mucho menos culpabilizarla por cómo viste o por si sale de fiesta, ni pretender que sea una heroína enfrentándose al agresor, afirman aquellos que trabajan e investigan en el ámbito de la igualdad y la coeducación. La pregunta que realmente se tendrían que hacer muchos, apuntan estos mismos expertos, es "qué les van a decir a sus hijos varones" tras lo sucedido en los Sanfermines del 2016.

En esa tesitura se encontró, por ejemplo, Núria, una madre barcelonesa a la que el jueves su hijo de 11 años le interrogó al respecto. "Me preguntó, durante la cena, qué era todo eso de 'la Manada', qué había pasado y por qué aquellos hombres habían actuado de aquel modo", explica la mujer, que contó con la ayuda de su pareja para que el mensaje fuera lo suficientemente claro. "Le dije que los cuerpos de la otra gente no le son propios, y que las relaciones sexuales no solo deben ser consentidas, sino que sobre todo deben ser deseadas", cuenta. El padre, añade Núria, "le insistió en que si en cualquier momento, en cualquier circunstancia de la vida, detecta que la otra persona no se encuentra a gusto, él debe parar y preguntar".

"Vivimos en una sociedad donde la violencia machista está naturalizada; donde el cine, la literatura, las series y la publicidad proyectan el cuerpo de la mujer como accesible a los deseos del hombre, como algo casi público", sentencia esta madre, que se declara abiertamente feminista.

El cambio cultural

¡Queda tanto camino por recorrer! Si algo ha puesto en evidencia la sentencia de 'la Manada' es que el cambio cultural hacia la igualdad, la tan reclamada transformación que debería poner fin de una vez al machismo (en todas sus derivadas), está todavía muy lejos. Toca hacer mucha pedagogía. "Pero esta no es una batalla que tengamos que hacer solas las mujeres, es una reivindicación en la que hemos de remar todos a la vez", advierte Maite Vilalta, vicerrectora de Igualdad y Acción Social de la Universitat de Barcelona (UB).

"En todo este asunto, los medios de comunicación y todos los que han opinado sobre el tema han analizado con mucho detalle a la víctima, su personalidad y detalles de su vida más íntima, pero pocos han entrado en valorar cómo son los agresores, cuál es su perfil psicológico, cómo se han socializado, por qué unos hombres jóvenes se envían ese tipo de Whatsapps", reflexiona Noelia Igareda, investigadora del Grup Antígona de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Para Igareda, la sentencia de "no es lamentablemente ninguna sorpresa: los jueces no hacen más que aplicar una ley que es el reflejo de nuestra sociedad". Incluso el voto particular emitido por uno de los magistrados, favorable a la absolución de los cinco acusados, "es la muestra de un sentir que es más frecuente de lo que nos imaginamos", opina la profesora de la UAB.

Es descorazonador, coinciden las dos académicas -especialistas ambas en temas de género- ver cómo cuesta que el mensaje de la igualdad cuaje en España. También entre los más jóvenes. "Estamos ante un problema que precisa de una intervención política, sin duda, pero también del esfuerzo de todas las instituciones, entre ellas la universidad, donde se forman tantos jóvenes", dice Vilalta. "Tenemos países a nuestro alrededor que han logrado ya algunos avances", agrega la vicerrectora de la UB. "En algunos de ellos, por ejemplo, solo el hecho de que esos hombres no usaran preservativo sería ya delito... ¿Aquí alguien lo ha cuestionado?", remacha Igareda.