Paolo Badano: «La discapacidad ha sido para mí una gran maestra»

Los reveses son parte del atrezzo de la vida. Adquieren funcionalidad cuando de ellos fluyen retos. Esa es la historia de Paolo Badano (Savona, 1969), que borró los angostos límites de su movilidad a partir de un Segway, el transporte que transformó su inhabilidad en autonomía. Ideó unkit que, adaptado al Segway, dio un giro a su vida tras el accidente que lo dejó en silla de ruedas.

-La línea entre el antes y después de un accidente usted la volvió a dibujar con su invento. ¿Qué cambió?

-Es una manera de vivir totalmente diferente a la que llevé durante 20 años en una silla de ruedas tradicional. Liberé mis manos. Ahora puedo pasear dándole la mano a mi novia, entrar en un ascensor y girar sin maniobrar -gira 360º sobre su eje-, también liberé a mi espalda del dolor, y no estoy obligado, como antes, a ir mirando el suelo. Puedo circular sobre arena, nieve, adoquines, hierba y asfalto y subo y bajo pendientes con el equilibrio de mi tronco. Seis horas de carga de su batería de litio -en enchufe normal- me dan 40 kilómetros de autonomía.

-¿Es la autonomía lo que más integra la discapacidad?

-Al menos es lo que yo tuve claro desde mi accidente. Tal vez porque antes de él había perdido a mi padre y a mi madre, traté de buscar siempre cómo ser lo más autónomo posible. Cuando nos pasa algo malo, siempre pensamos solo en lo que nos quitan, pero para mí la discapacidad ha sido una gran maestra, me ha mostrado la importancia de la amistad y el amor y el valor justo de las cosas. Es normal que haya gente que tras un accidente no vuelva nunca más a levantar el ánimo pero yo, si pudiera cambiar algo de mi pasado, el día de mi accidente no lo cambiaría.

-¿A qué se dedicaba antes?

-Soy aparejador y trabajaba en una pequeña empresa constructora. Después del accidente, mi compañero de trabajo me dijo: 'tú sigue trabajando aquí, estarás en la oficina y yo visitaré las obras'. Y así lo hicimos.

-¿Y cómo ingenió este vehículo?

-Bueno, yo ya llevaba tiempo buscando alternativas a la silla de ruedas de toda la vida. Pero, desde los años 20 apenas ha evolucionado, salvo las eléctricas con comando. Y un día, en un centro comercial, vi a unsegurataque se movía sobre un Segway y pensé: 'Si él puede mantener el equilibrio e impulsarlo de pie, también se podría hacer sentado'.

-Pero ¿sabía mecánica y diseño para poder realizar su prototipo?

-Mi gran pasión por las motos, justamente, me hizo pasar media vida aprendiendo y poniendo en práctica cosas de mecánica y electrónica.

-¿Sabe qué? El diseño de su invento hace que no sienta que estoy entrevistando a un discapacitado.

-Cuando iba en una silla de ruedas normal la gente me solía preguntar qué me pasó. Ahora, eso pasa a segundo plano, muchos me preguntan si la pueden probar. Diseño y discapacidad no habían ido nunca juntos, se pensaba en la funcionalidad y no en la belleza, pero el mundo se mueve por la belleza a la vez. ¿O no nos guiamos por ella al cambiar de coche? Por suerte, yo soy italiano y, como el diseño forma parte de nosotros, no pude prescindir de él. Para mí, diseño y tecnología ayudan mucho a integrar la discapacidad,(que en italiano, disabilità,también parece lenguaje matizado por el diseño).

-Paolo rehúye siempre contar por qué llamó Genny -www.gennymobility.com- a su creación, pero lleva ese nombre tatuado en un brazo.

-Me siento orgulloso de ella como el que tiene una Harley-Davidson.

-¿Cuánto vale una Genny?

-16.000 euros. Se distribuye ya en diez países de Europa. Muchas empresas la contemplan, incluso, como alternativa al coche para sus empleados discapacitados.

-¿Quién no puede utilizarla?

-Solo las personas que no pueden articular de cintura para arriba.

-¿Y se podría introducir en las Paraolimpiadas?

-Sí, en Londres ya las utilizaron para moverse por la ciudad deportiva. En la competición todavía no. Pero si se introduce, será toda una revolución en el futuro de los paraolímpicos.