La OMS liga el cáncer con el embutido y la carne roja procesada

Un joven come un bocadillo de beicon.

Un joven come un bocadillo de beicon.

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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La alerta preventiva que ayer emitió el Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CRIC) advirtiendo del riesgo cancerígeno que implica comer carne roja procesada, en especial productos ahumados, curados o en salazón, inquietó a miles de ciudadanos, habituales consumidores de salchichas de frankfurt, beicon frito o chorizo en adobo. El informe del CRIC, agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) especializada en el cáncer, distinguió entre el riesgo «probable o limitado» que supone comer carne roja sin más, poco cocinada, y el peligro «probado» de sufrir un tumor de colon en que incurren quienes degustan de forma cotidiana embutidos y conservas cárnicas sazonadas.

La forma de cocinar la carne sería determinante en la aparición de cánceres digestivos, añadió la investigación. Al asar las chuletas directamente sobre la llama o en una superficie a altas temperaturas, indicó el estudio, se producen elementos químicos cancerígenos -hidrocarburos aromáticos y aminas- que se ingieren junto con el alimento.

El trabajo avalado por la OMS, que coincidió con la publicación de un informe de la revista The Lancet Oncologyque incidió en los mismos términos, analiza los datos de 800 estudios en los que se investigó el consumo de carne roja y procesada en diversos países sujetos a dietas distintas. «Nuestras pruebas proceden de grandes estudios poblacionales realizados en los últimos 20 años -indicó Christopher Wild, director del CRIC-. Estos hallazgos inciden en anteriores recomendaciones de salud pública que ya proponían limitar el consumo de carne roja».

El estudio suscrito por la OMS advierte, no obstante, de que aunque la documentación evaluada es abundante, esta no ha permitido comparar el efecto en el ser humano de los diferentes tipos de carnes procesadas que existen en el mundo. La Conselleria de Salut, una vez analizado el documento de la OMS y el estudio de The Lancet, optó por mantener sus anteriores recomendaciones nutricionales. «Conviene seguir una dieta equilibrada y variada, en la que predomine la fruta, la verdura y el aceite de oliva -dijo Carme Cabezas, subdirectora de Promoció de la Salut-. Sugerimos tomar dos o tres veces por semana carne magra, ya sea de ternera (roja), de pollo o de otras aves, y ocasionalmente, dos o tres veces al mes, embutidos y carnes procesadas, incluido el jamón serrano». Cabezas reiteró la imposibilidad actual de comparar científicamente las diversas formas de carne procesada que se consumen en las distintas zonas el mundo, ámbito de la OMS.

El estudio del CRIC incluyó la carne roja procesada en el grupo 1 de sustancias definidas por la OMS como cancerígenas para los seres humanos. «Esta clasificación se atribuye a los productos sobre los que hay pruebas convincentes de que el agente aludido causa cáncer», indicaron los autores. Aunque en ese mismo grupo se encuentran el tabaco y el amianto, los investigadores insistieron en no equiparar las carnes rojas con los cigarrillos. «No son igual de peligrosos en relación a su potencial carcinogénico», puntualizaron. «Nuestra clasificación describe la evidencia de un elemento que causa de cáncer, pero no evalúa el grado de riesgo», añadieron.

Las muertes causadas cada año por ambos consumos son sustancialmente diferentes, recogen las estadísticas de la OMS . Se estima que cada año ocurren en el mundo 34.000 muertes vinculadas al aspecto cancerígeno de una dieta en la que abundan los productos de charcutería (su incidencia en las muertes de causa cardiovascular es muy superior), frente al millón de fallecimientos atribuidos al cáncer por consumo de tabaco, los 600.000 propiciados por las bebidas alcohólicas y los 200.000 que se adjudican a la contaminación del aire de las ciudades.

El estudio cárnico promovido por la OMS precisa que por cada porción de 50 gramos de carne procesada que se consume a diario aumenta «en un 18%» el riesgo de sufrir cáncer de colon, y sitúa en «un 17%» el peligro para quienes toman a diario 100 gramos de carne roja sin salazones ni aditivos.

Además del cáncer de colon, la investigación vincula el consumo de los productos cárnicos procesados con la aparición de tumores de páncreas y próstata. Estos riesgos siempre son proporcionales a la frecuencia y cantidad del consumo.