Fallece el fotógrafo Jaume Mor

Pepe Encinas recuerda al fotógrafo barcelonés, fallecido en México a los 61 años, desde su infancia en el Poblenou de los años 60

Jaume Mor

Jaume Mor / periodico

PEPE ENCINAS / BARCELONA

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El fotógrafo Jaume Mor falleció ayer en México a consecuencia de una insuficiencia respiratoria. El primer recuerdo que tengo de Jaume Mor es delante de un altar, con sotana. Los dos éramos monaguillos y ayudábamos durante la misa al 'mossèn' de Sant Francesc d’Assís en el Poblenou. Después bailábamos sardanas en el centro social; yo aprendía y de paso le daba la mano a la Mercè, una chica guapísima que vivía en la calle Marià Aguiló. Tanto Jaume como su hermano Jordi eran unos entusiastas de los mocasines, sus zapatos preferidos, y siempre iban muy elegantes en aquel Poblenou obrero de los años 60.

Jaume trabajaba de administrativo pero ya tenía inquietud por la fotografía. Dudaba en dedicarse profesionalmente y creo que le ayudó realizar reportajes en la revista del barrio, '4 Cantons', una escuela para los “huertamaros”.

Fue un fotógrafo destacado del diario 'Catalunya Exprés', del Grupo Mundo. Era un diario muy visual y ameno. Los veranos daban una cobertura especial y cuidada de la Costa Brava. Y allí, junto con los periodistas Rafael Nadal, Albert Arbós y Albert Montagut, no se les escapaba nada.

En esa época todos llevábamos unos pelos y barbas como los 'hippies' pero Jaume, que tenía el pelo rizado, más bien parecía un personaje de las películas de Pasolini y era muy guapo, tanto que hasta Salvador Dalí se quedó con su cara y en una de sus múltiples entrevistas con el pintor de Cadaqués, le dijo: “Et sembles al Sant Sebastià”, y le dijo que lo quería pintar. Años más tarde, le llevó a su estudio de Port Lligat y le hizo una prueba. Jaume comentaba que lo puso en un atril y con una pantalla con un prisma tallado, parecida a la de los radiólogos. Le estuvo haciendo varias pruebas.

MIEMBRO FUNDADOR DE EL PERIÓDICO DE CATALUNYA

Jaume fue uno de los fotoperiodistas que puede decir que inauguró la sección de fotografía de un diario. Antonio Franco decidió que los fotoperiodistas no dependieran de los redactores. Creó una sección de fotografía (la primera en un diario español) con un jefe, Carlos Bosch al frente. EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, en su salida, se distinguía por tener las mejores y diferentes fotos que los demás.

Un reportaje que me acuerdo que cubrió fue el desbordamiento de la presa de Tous en Valencia. Trabajó tres días seguidos sin descanso hasta que cayó desmayado. Y otra foto que recuerdo es la de Jordi Pujol en bicicleta por la carretera Nacional II. Antes de ser 'president', Jordi Pujol salía con su bici desde su casa de Premià de Dalt carretera abajo... y en una entrevista, ya de president, Jaume le pidió que volviera a subirse en la  bici. Pujol le dijo que por problemas de seguridad lo había dejado, pero ante la insistencia del fotógrafo y, supongo, las ganas que tenía de coger la bici de nuevo, se lanzó a tumba abierta... el problema fue para los escoltas, que no sabían qué hacer.

Otras de la innovaciones de EL PERIÓDICO fue crear la sección de edición gráfica compuesta por fotógrafos. Jaume estuvo al cargo de la edición de 'El Dominical', al que se dedicó en cuerpo y alma. Antonio Franco, el director, se quedó sorprendido de que controlara hasta los anuncios que iban encarados para que no  interfirieran en los reportajes.

Jaume era un entusiasta de estar en los nuevos proyectos y se le iluminaba la cara cuando emprendía uno nuevo. Luego delegaba y se embarcaba en otro. Tenía una facilidad extrema para conectar con la gente y su empatía era notable con toda la redacción.

Casado con una periodista mexicana, Alicia Cataño, decidió dejar su Barcelona y EL PERIÓDICO para poder estar cerca de sus hijas Daniela y Alejandra en Guadalajara, ciudad famosa, aparte de la canción, por su feria literaria.

Allí se dedicó al mundo de los libros electrónicos.

Cuando venía a Barcelona -nunca dejó su Poblenou natal- me comentaba que dejara en la vía pública, en una repisa o en hueco de un árbol, un libro que ya hubiera leído: “Que corra la cultura”.

Mañana, cuando salga de casa, dejaré un libro en honor a ti, amigo.