RECTA FINAL PARA LA VUELTA AL COLE EN CATALUNYA

Nueva escuela, sí o sí

Joan y Anna Gago, con los nuevos portátiles.

Joan y Anna Gago, con los nuevos portátiles.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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No es un ultimátum, pero casi. Solo con una renovación pedagógica en toda regla, con nuevas metodologías docentes, similares a las que en los últimos años han ido calando en las aulas de primaria, se podrán revertir los malos resultados de la secundaria obligatoria. Hay que enseñar de un modo distinto, por competencias, por proyectos, a través del trabajo colaborativo, con materiales variados (no solo con el libro de texto tradicional) y aplicando nuevas formas de evaluación. La nueva escuela debe llegar también a los institutos, sostiene de forma unánime la comunidad educativa.

Lo dijo la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, a finales de agosto en la presentación del nuevo decreto de currículos de la ESO y con esa instrucción sobre la mesa empieza el próximo lunes el nuevo curso escolar 2015-2016 en Catalunya. Eso sí, de momento es una idea que queda sobre la mesa, «entre otras cosas porque un cambio metodológico de las características que plantea la 'consellera' necesita de recursos, de más formación y de un marco más flexible para los profesores que se supone van a tener que innovar», avisa Manel Pulido, secretario de educación en CCOO en Catalunya. «Mientras persista la situación de precariedad provocada por los recortes, será muy difícil llevar adelante estos planes», agrega Jaume Aguilar, presidente de la Federació de Moviments de Renovació Pedagògica y portavoz también del Marc Unitari de la Comunitat Educativa (MUCE).

Aunque este año -por segundo consecutivo-, la Conselleria d'Ensenyament aumenta la plantilla docente, para lo que ha contratado a 800 interinos, «sigue habiendo un déficit de 1.500 profesores respecto al ejercicio 2011, mientras que el número de alumnos en la escuela pública ha crecido en casi 30.000 personas en estos años de recortes», constata Pulido.

FORMACIÓN ESCASA

Es clave, insisten los afectados, recuperar también la inversión en formación del profesorado, una partida presupuestaria que en los últimos años ha caído prácticamente a cero, pese a que la Conselleria d'Ensenyament lo matiza, atribuyendo la rebaja a un cambio de modelo formativo. Ahora, el reciclaje lo hacen los profesores a través de los materiales que el departamento cuelga en internet o bien en el interior de cada centro. «Pero aun así, faltan herramientas y apoyos», lamenta Carles Gràcia, asesor de la Associació de Mestres Rosa Sensat y director de un colegio pionero en innovación pedagógica, Els Pinetons de Ripollet (Vallès Occidental).

«El decreto de secundaria de la 'consellera' Rigau es un brindis al sol: el discurso es bueno y válido, pero la praxis acaba siendo algo muy distinto, por culpa de la falta de dinero», remacha Àlex Castillo, presidente de la federación de asociaciones de padres de alumnos de Catalunya (Fapac). «Con los pocos medios que se dedican a la formación del profesorado será muy difícil, en secundaria, que los docentes más antiguos hagan ahora la adaptación de las nuevas metodologías», avisa Castillo.

La Generalitat ofrece este año la posibilidad de que los profesores hagan un curso de formación de 100 horas sobre didácticas de Matemáticas, que incidirá especialmente en la enseñanza de la geometría. A los de infantil y primaria también les plantea la posibilidad de realizar un máster gratuito en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) sobre Matemáticas e Inglés. Esta formación está reservada a 50 personas, que se han de comprometer a desarrollar un programa sobre las materias aprendidas en el centro en el que trabajan.

FAMILIAS NINGUNEADAS

Pero si el curso que está a punto de empezar ha de ser, sí o sí, el del despegue de la renovación pedagógica en Catalunya (ahora, apenas un puñado de centros públicos y privados aplican nuevas metodologías en secundaria), será necesario convencer de ello también a las familias de los alumnos. «Son fundamentales, si no comparten el proyecto, si no colaboran para que la educación de los jóvenes pueda desarrollarse más allá del recinto de la escuela, difícilmente habrá un cambio», subraya Gràcia.

«El problema -protesta el presidente de la Fapac- es que con la implantación de la LOMCE el papel de las familias en los consejos escolares ha quedado muy reducido y eso dificulta su implicación». Es, denuncia Castillo, otra de las medidas previstas en la reforma educativa del ya exministro José Ignacio Wert, que la Generalitat ha aplicado en toda su magnitud, «aunque no se cansa de decir que están mitigando su impacto».

Y no solo en este tema, añade, desde el MUCE, Jaume Aguilar. «En temas como la Religión, la 'conselleria' ha ido incluso más allá de los que dicen la LOMCE y la ley de educación de Catalunya, la LEC», sentencia.