Niño 'youtuber', padre aprendiz de mánager

Rubén Doblas, 'El Rubius', en su estudio de grabación casero en el 2014.

Rubén Doblas, 'El Rubius', en su estudio de grabación casero en el 2014. / periodico

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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Detrás de un niño que despunta o muestra un talento especial, siempre hay un adulto que ve una oportunidad. Cante, juegue al fútbol, actúe o sea fotogénico, qué progenitor no se ha planteado apuntar a su hijo a una agencia de modelos, a un cásting o a un concurso de televisión. Youtube lo pone fácilYoutube. Suben un vídeo, y luego otro y otro más, y la plataforma de vídeos de Google (la auténtica dueña de Youtube)  ofrece un sistema de monetización basado en anuncios, los famosos Adsense, que la han convertido en la segunda empresa más valorada del mundo.

Pero a partir de ahí, ni es tan fácil tener visitas, ni que generen dinero y los padres entran en el terreno de los antiguos mánagers de artistas, versión 3.0. Youtube paga a sus asociados según cuántas veces alguien haya visto el anuncio, por el tipo de formato, de público y por dónde esté. Y las cantidades son muy variables y no son públicas. En España, por cada mil personas que han visto un vídeo, entra un euro, más o menos, según estadísticas consultadas por este diario. Si el público es de América Latina, se paga menos.

Lograr que el vídeo tenga visitas dependerá también del tema, de cómo se describa, cómo se difunda y cuántas suscripciones tenga el canal (el algoritmo de Youtube tiende a mostrar los más populares o los más recientes), así que hay que ser constante y oportuno para que la red le dé un empujoncito y lo convierta en rentable. Y hacer un máster o casi en grabación y edición de vídeo, y redes sociales.

BUSCAR NOVEDADES

“El contenido es muy importante, tienes que poner novedades, no juguetes viejos. No es que el niño tenga una habilidad y por eso destaca en Youtube. Hay que saber qué se graba, cómo y cuándo. Y eso es el 50% del canal. En Youtube funcionan mucho las tendencias: el reto de la botellael 'mannequin challenge', los regalos de Navidad… Se trata de enseñar el producto antes que los demás”, explica Mónica Vicente, de Hoynohaycole.

Muchos padres, en su afán por hacer popular el canal, compran ellos los juguetes o incurren en publicidad encubierta para una marca de modo inconsciente y sin cobrar. Es el caso del reto de los Doritos, que ha motivado una cantidad ingente de vídeos que mostraban cuántos aperitivos picantes se podía comer el protagonista. Pepsico negó a este diario que haya buscado a los niños para promocionar su producto. “El público objetivo de la marca Doritos no son los niños, sino los jóvenes, por lo que el tono de los mensajes así como su contenido no están diseñados para este público”, afirmó un portavoz, que recordó que “solo los productos que cumplan estrictos criterios nutricionales pueden ser publicitados a los niños”.

LA IMAGEN DE LOS MENORES

La opción fácil de los padres es recurrir a una 'network', una agencia que les administre el canal y que también se llevará un porcentaje (entre un 15% y un 30%) por los servicios, que incluyen desde gestionar la imagen del 'youtuber', ofrecer métricas, contratos con marcas y bibliotecas de música para que no haya problemas de derechos. Pero muchas 'networks', sobre todo las internacionales, se niegan a trabajar con menores.

“Dan muchas visitas pero no nos parece lógico tenerlos como representados porque la legalidad en ese punto es muy difusa. Firmas el contrato con los padres pero para usar la imagen de un menor, que puede ser obligado a trabajar… Preferimos no entrar, aunque haya marcas que los pidan”, señala Sergio Carvajo, 'senior talent manager' en España de Divimove, una de las grandes 'networks'. Tampoco hay menores en la mayor multinacional, Broadband TV, que sin embargo ha desarrollado un canal infantil, Hoopla Kidz, solo con animaciones y vídeos protagonizados por adultos.

Para Juan Díaz Delgado, 'youtuber' y exdirector de comunicación online en España de BroadbandTV, “el dinero de verdad se generan con las marcas que quieren salir en los vídeos y se necesitan entre seis meses y un año para que un canal funcione y atraiga visitas”. A su juicio, “sacar niños genera mala imagen a las 'networks'. A mí muchos usuarios me critican cuando saco a mi hija en mis vídeos. La pongo porque a ella le hace ilusión pero no quiero que tenga un canal hasta que no sea adulta y sepa lo que hace. Si no, es ponerles una presión que no les toca. Puede ser un mundo muy dañino, hay comentarios que no son agradables y si se los puedes evitar, mejor”.  

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