EL CATALÀ DE L'ANY. LOS FINALISTAS / 2

Maria del Mar Bonet, la voz aventurera de la 'cançó'

La trovadora ha conmemorado sus 50 años de trayectoria, en los que ha tendido puentes con otras culturas y ha llevado su repertorio en catalán por todo el mundo

Maria del Mar Bonet, en el Liceu.

Maria del Mar Bonet, en el Liceu. / FERRAN SENDRA

Jordi Bianciotto

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Mientras algunos compañeros de filas de la ‘nova cançó’ van colgando la guitarra, Maria del Mar Bonet mantiene vivo el compromiso con su instinto artístico con nuevos proyectos que la llevan de un lado para otro. Su destino más fresco es Cuba, cuyo crisol de músicas y ritmos envuelve su obra más reciente, ‘Ultramar’, el estandarte del programa de ‘50 Anys d’escenaris’, con que en el 2017 emprendió la celebración de sus cinco décadas de actividad como cantante y compositora.

Hija de un mallorquín y de una barcelonesa de Gràcia, Maria del Mar Bonet es tan balear como catalana, ya que aquí ha pasado además la mayor parte de su vida. Trovadora de talante insobornable, siempre atenta a su voz interior, nadie la habrá visto nunca haciendo algo en lo que no crea hondamente. Su música ha transmitido un compromiso no solo artístico sino cívico, pero al mismo tiempo con capacidad de seducir por encima de las ideologías. 

La complicidad cubana

Confiesa que la cifra de 50 años de trayectoria “asusta un poco por lo deprisa que ha ido todo y por su intensidad”, si bien “celebrar un aniversario con tu público es muy bonito”, subraya. Y descubrir, a estas alturas de su carrera, un universo sonoro como el cubano le ha dado alegrías. “Esta experiencia me ha marcado mucho”, asegura. “No había estado antes en Cuba y cada vez que voy me gusta más: su gente, su humanidad y esos artistas de una altura enorme”, señala, en alusión a colaboradores de ‘Ultramar’ como Jorge Reyes, José María Vitier, Pancho Amat o José Luis Cortés ‘El Tosco’. “¡Lástima que Cuba esté tan lejos y no pueden venir tanto como querríamos!”.

El clásico ‘Què volen aquesta gent’, con letra de Lluís Serrahima y música suya, se ha vuelto a oír en las calles y encabezó incluso el recital de hace unas semanas en el festival Strenes, de Girona, recordando que, a veces, las canciones llegan a tener vida propia y pasar a manos de la ciudadanía. “Siempre he pensado que era una canción para momentos así”, destaca la trovadora. La respuesta policial y judicial del proceso soberanista le ha causado indignación. “Estamos en un momento en que el Estado actúa con una violencia moral tremenda, saltándose derechos y encerrando a personas que hacen política tratándolos como si fueran delincuentes”, critica. Y añade que “la cuestión va más allá del independentismo” y que “esto no puede seguir así, no ya por los catalanes sino por todos los ciudadanos del Estado español”.

Mirando al Mediterráneo

Con un pie en un plano bien terrenal y otro en sus fantásticas aventuras artísticas, Maria del Mar Bonet sigue defendiendo la apertura de miras en el flujo de músicas y culturas. Antes de que se hablara de mestizajes y de ‘músicas del mundo’, ella fundía su idea de la ‘cançó’ con guitarristas flamencos como Paco Cepero o Manolo Sanlúcar, encajando por cierto algunas críticas, y viajaba a Túnez para trabajar con virtuosos del mundo árabe como Fethi Zghonda. “Es triste ver que siempre se potencia la música más comercial y en inglés”, lamenta, “La música del Mediterráneo es como si no existiese: ni siquiera llegan la italiana o la francesa”.

Pero aunque el contexto no sea siempre el más favorable, y aun considerando que “sin una campaña de promoción muy fuerte mucha gente ni siquiera se da cuenta de que sigues cantando”, Maria del Mar Bonet mantiene su rumbo a toda vela, combinando recitales aquí y allá (el 22 de septiembre presentará ‘Ultramar’ en el teatro Martí, de La Habana), y citándose ocasionalmente con artistas de su cuerda como Martirio, con quien compartirá escenario el 12 de mayo en la plaza de la Catedral, en el marco de la Setmana de la Poesia. Con la cantante onubense la une “una amistad y un ‘feeling’ de muchos años”, desde que esta tomó parte en su disco en directo ‘El cor del temps’, grabado en 1997 en el Palau Sant Jordi.

Asimilados los fastos de su cincuentenario, encaja como “un gran honor” verse entre los finalistas de Català de l’Any, al tiempo que reflexiona sobre sus pasos futuros. “La celebración me ha hecho mirar hacia atrás y repensar muchas cosas en el plano discográfico y editorial”, confiesa. “Me gustaría ser, aún un poco más, yo misma”.

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