Al contrataque

Los olvidados

El Indiana Jones del mar. Además de lubinas y doradas, este pescador de Amposta 'caza¿ navíos naufragados.

ANA PASTOR

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Baja la mirada y traga saliva. El vídeo es en color, pero su imagen se te aparece en blanco y negro. Tiene solo 29 años, pero la tristeza en sus ojos habla de varias vidas a sus espaldas. Se llama César, Sofía, o Miguel, o Claudia. Está muy preparado, ha estudiado durante años, pero no tiene trabajo. Lleva meses y meses buscando una oportunidad, pero no sale nada. Ha recorrido empresa por empresa. Ha imprimido muchas veces su currículo. Lo ha llevado a muchos sitios. Pero nadie ha devuelto la llamada. Y ahí sigue. En el mismo punto. Forma parte de la peor estadística que ha parido este país. Es la estadística del 53,6% de paro juvenil según datos europeos del mes de febrero, la del 53,6% de nuestra población que es el futuro y que, sin embargo, ha perdido la esperanza.

Pero es también la generación que forma parte de un interesante proyecto creativo que intenta darles visibilidad a todos ellos. Arte urbano al servicio de la memoria. Un grupo de cinco chicos y chicas de diferentes nacionalidades ha llenado las paredes de algunas calles de Madrid con sus rostros para que los ciudadanos no olvidemos que la realidad sigue aplastando a muchos de ellos a pesar de los datos macroeconómicos que apuntan a la recuperación. No son un número ni una estadística. Tienen nombre y apellidos. Tienen una historia que merece ser contada. El proyecto no se va a limitar a la gente más joven que está sin trabajo. Incluirá más adelante también a los mayores. Y tampoco se quedará en mostrar sus rostros. Van a ampliar la iniciativa añadiendo más información para que quien quiera/pueda se ponga en contacto con ellos y les dé una oportunidad laboral. Los creadores de la idea prefieren permanecer en el anonimato para no quitar protagonismo a quien lo merece. El otro día les escuché explicar que no es fácil convencer a la gente para que salga y dé la cara. Y a pesar de todo, algunos lo hacen.

El sufrimiento y la dignidad

Ser un parado y sentir vergüenza empieza a ser algo tan común como terrible en España. Querer contarlo aumenta el sufrimiento, pero también habla de la dignidad de muchos ciudadanos de este país. Ciudadanos que no se resignan. Esta semana hemos conocido un buen dato de paro. Y algunos nos alegramos. Creo que todos. Es una buena noticia que disminuya. Siempre. Y hay que contarlo. Los datos oficiales dicen que 16.620 personas han encontrado trabajo en el mes de marzo. Ahora solamente falta que, si se empieza a crear empleo, sea digno. El periodismo es un oficio que se debe fijar en los que están mal y no en los que prosperan, porque estos ya tienen herramientas para celebrar su dicha. Por eso hoy protagonizan este artículo Claudia, Miguel, Sofía, César... Son los olvidados.