Josep Bertomeu: «Los futbolistas entraban a ayudarme en el arrozal»

Alias Polet, defensor, de corazón y en la práctica, de los valores naturales que atesora el delta. Los arrozales cuentan su vida.

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CARME ESCALES

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Antes de que las máquinas recolectoras adaptaran sus ruedas a los barrizales que engendran el arroz en el delta del Ebro -provocando el cierre de pequeños talleres de carpintería y herrería-, agarrado a la hierba de ribera, Polet, Josep Bertomeu (La Cava -hoy Deltebre-, 1944), nadaba en los canales de riego y con las manos pescaba ranas y carpas en el arrozal. «Prácticamente aprendíamos a caminar en el campo de arroz», dice. Polet plantó, segó y puso a solear arroz de los 14 a los 20 años. Luego le tocó la mili, y el fútbol. El equipo del pueblo lo fichó de portero.

-De atar garbas a parar goles...

-En aquella época, la única manera de obtener ingresos era trabajando. Mucha gente de mi edad emigró. Muchos se fueron a Suiza, otros a Barcelona y algunos se ocuparon en las nucleares o construyendo autopistas. Como yo tenía ciertas condiciones, me dediqué al fútbol, alternándolo con otros trabajos.

-¿Era bueno como futbolista?

-Creo que no, pero tenía buenas aptitudes físicas y coordinación. En el barro de los campos de arroz fortalecí mis isquiotibiales y eso me permitió luego saltar mucho y atrapar pelotas difíciles en el terreno de juego.

-¿Cuántos años jugó y en qué equipos?

-Tres años con La Cava, dos con el Amposta, cinco con el Reus y ocho con el Oliana.

-¿No añoró los arrozales en ese tiempo?

-Sí. Jugando en el Reus, contaba cosas del delta a los jugadores y algunos se interesaban y venían a verlo. Una vez aquí, un poco de broma, los hacía entrar en el arrozal para ayudarme en alguna tarea. Luego, cuando les escuchaba explicar su sensación en el barro, quedaba sorprendido, y después ya los invitaba a hacerlo porque sabía que la experiencia les resultaría gratificante.

-¿Para usted siempre lo fue?

-Mi atracción por el trabajo en los arrozales creo que empezó un poco por espíritu de contradicción. Todo el mundo veía el trabajar embarrado como algo sucio, indeseable e indigno. Yo estaba convencido de que era una faena tan digna como otra, al menos, porque mucha gente trabajando embarrada producía mucho alimento en una época en que este escaseaba.

-En el 2009, Polet creó una empresa -www.deltapolet.com- para que la gente experimente ese contacto con la tierra que sus compañeros futbolistas apreciaron. ¿Cuándo se puede hacer?

-De mayo a noviembre, cuando el delta está inundado, entramos en una zona de arrozal habilitada para ello, junto a la Barraca de'n Salvador -un proyecto familiar de recuperación del patrimonio cultural, natural y arquitectónico a través del turismo rural sostenible-. Hacemos demostraciones de juegos tradicionales, tipos de pesca y navegación autóctonos y explicamos el proceso del cultivo de arroz. En medio de una costa de hormigón y asfalto, el visitante descubre el oasis natural del delta, y a mí me queda la agradable sensación de que se lleva, con él, otro concepto de esta tierra y ganas de volver otra vez.

-¿Qué hay más desconocido en el delta?

-Un legado cultural de los moriscos que se refugiaron aquí en 1610, que nos ha dejado una rica cultura árabe de aprovechamiento sostenible de los recursos, presente aún hoy en el cultivo tradicional del arroz, la pesca, la navegación o la gastronomía.

-El Ebro divide el delta en dos mitades que se promocionan separadas, ¿por qué?

-Estar dividido en dos comarcas es lo que más perjudica al delta, especialmente por la rivalidad entre Amposta y Tortosa. El delta tiene cinco municipios periféricos: L'Ampolla, Camarles, Aldea, Amposta y La Ràpita; dos en el interior, Deltebre y Sant Jaume d'Enveja, y tres pequeños núcleos urbanos también de interior, Balada, Montells y Poble Nou. Con todo ello sumamos unos 60.000 habitantes en un parque natural dentro de una reserva de la biosfera, y a su vez, humedal de importancia internacional como hábitat de aves acuáticas.

-El delta es, por ello, bastante virgen.

-Aún estamos a tiempo de hacerlo bien para que lo siga siendo con más visitantes.