La limpieza de Flix acaba tras extraer un millón de toneladas de lodo tóxico

El pantano, en el 2013, con los lodos emergiendo frente a la fábrica.

El pantano, en el 2013, con los lodos emergiendo frente a la fábrica.

SÍLIVIA BERBÍS / FLIX

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El gigantesco catéter metálico que durante 32 meses ha estado succionando la amalgama de fangos contaminados sumergidos bajo las quietas aguas del embalse de Flix se ha detenido por fin. Casi tres años ha tardado esa draga incansable en extirpar el tumor tóxico que durante casi un siglo no había parado de crecer anclado al lecho del pantano, alimentado por la fábrica Ercros.

Flix, un municipio de la Ribera d'Ebre insólitamente industrializado por la presencia de esa factoría química que marcó su progreso, deja atrás los temores con que afrontó el inaudito proceso de descontaminación planificado por el Ministerio de Medio Ambiente después de que saltara a la luz, en el 2004, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas encargado por la Generalitat que puso nombre y cifró los contaminantes acumulados en esa gigante bolsa ponzoñosa. La identificación de la mescolanza de metales pesados, organoclorados y radionucleidos cayó como un diagnóstico mortífero en las Terres de l'Ebre, pero el tumor ha sido extirpado y Flix revive, más de un millón de toneladas de lodos infectos después.

«Toda la obra es pionera, nunca se había realizado una tarea de tal magnitud», explican fuentes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que encargó a la sociedad estatal Acuamed una obra declarada «de interés general, prioritaria y urgente» y adjudicada por más de 190 millones de euros a FCC Construcción en unión temporal con FCC Ámbito. La fase de dragado que ha concluido ha sido la más delicada. En total se han extraído del lecho del río unos 690.000 m3 de lodos, lo que equivale a un total aproximado de 1.130.000 toneladas.

TRATAMIENTOS ESPECÍFICOS

Alrededor del 6% de todo ese barro -las concentraciones con densidades más altas de compuestos organoclorados y metales pesados- ha precisado tratamientos específicos de descontaminación. Concretamente, se han extraído del fondo del pantano 1.000 toneladas de materiales con predominio de organoclorados de diversas procedencias, entre ellas de los diferentes procesos de producción de cloro líquido, tricloroetileno o DDT. Esas tierras han tenido que ser sometidas a un proceso de desorción en hornos a altas temperaturas.

Otras 45.000 toneladas contenían excesos de metales pesados y mercurio, resultantes de la fabricación de productos como la barita o el fosfato bicálcico, y el método de limpieza ha consistido en añadir cementos y aditivos en la planta de estabilización para elevar su pH. El material sólido inerte, clasificado como residuos de clase 2, ha sido transportado al vertedero de El Racó de la Pubilla, donde quedará confinado para siempre.

Las cifras que dan cuenta de la envergadura del proceso incluyen también el tratamiento de 2.365.000 m3 de agua contaminada por radionucleidos. «En total se han analizado las concentraciones de 26 contaminantes; se ha eliminado la inmensa mayoría de los organoclorados y de metales que había según proyecto. La limpieza, según informe del CSIC, ha sido efectiva, y se ha dejado mejor que aguas arriba», asegura el ministerio. Durante el proceso, eso sí, investigadores del Laboratorio de Toxicología y Salut Ambiental de la Universitat Rovira i Virgili (URV) detectaron un incremento de metales como el cromo y el manganeso en el río, aguas abajo, aunque el aumento de las concentraciones no ha implicado riesgo para la salud, señalaron, al quedar por debajo de los máximos recomendados por la legislación.

EMPIEZA EL DESMANTELAMIENTO

Ahora, con la draga por fin parada, se procederá a depurar el agua que ha estado en el recinto del río confinado, en contacto con los tóxicos, antes de extraer, por fin, la barrera de tablestacas que ha aislado durante la operación la zona caliente del cauce natural del río. A su vez, empieza el desmantelamiento de las instalaciones de tratamiento.

El rastro de los residuos y del complejo y pionero proceso de limpieza se habrá borrado del todo en Flix dentro de unos meses. Tan solo el vertedero guardará como una tumba el gigante tumor extirpado del río, ya seco e inerte. «Flix no podía dejar pasar la oportunidad de deshacerse de este punto negro, y valoramos que se haya hecho sin ninguna incidencia», afirma el alcalde, Marc Mur. «Esperamos que esta actuación de gran envergadura sea un punto y aparte en la historia de nuestro municipio», concluye.

Las labores de limpieza están financiadas por Estado y por fondos de cohesión europeos. La empresa Ercros solo está obligada, por sentencia judicial, a sufragar el 5% del coste final.