LA APTITUD DE LOS ENSEÑANTES

La 'ley Wert' plantea evaluaciones de la calidad de los profesores

Unas maestras de primaria reciben clases de reciclaje en la asociación Rosa Sensat, en Barcelona.

Unas maestras de primaria reciben clases de reciclaje en la asociación Rosa Sensat, en Barcelona.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Sin entrar aún en detalles, ni concretar cómo ni cuándo, el Ministerio de Educación ha abierto la puerta a que los maestros sean sometidos a evaluaciones de su práctica docente, o lo que es lo mismo, a que sean puntuados por sus competencias y habilidades como profesores. Estos controles de calidad los realizarán los propios maestros, aunque por ahora no se aclara si el colectivo evaluará al individuo o si se harán autoevaluaciones. En todo caso, estos chequeos se efectuarán «a partir de indicadores de logro en las programaciones didácticas» u objetivos, según establece el proyecto de decreto sobre el currículo de primaria, ESO y bachillerato, una de las primeras normativas presentadas por el departamento de José Ignacio Wert dentro del despliegue de la LOMCE.

Las evaluaciones de la calidad docente son, en opinión de los especialistas, una pieza clave para la mejora de la calidad global de la escuela. «Es un primer paso para llegar a la denominada evaluación multinivel, en la que se valora no solo al alumno y al sistema, como ocurre ahora con las evaluaciones internas y externas, sino también al centro y al maestro, lo que da una verdadera visión del conjunto», explicó ayer Ismael Palacín, analista educativo y director de la fundación Jaume Bofill. Este modelo está ya implantado en muchos países, y en particular en los que lideran el Informe PISA. En Shangái, por ejemplo, es habitual que un profesor entre sin previo aviso en una clase que esté impartiendo un colega y, luego, lo valore.

Desde la entrada en vigor de la ley de educación del 2009, en Catalunya es el director de cada centro quien evalúa la actividad docente de sus maestros. «Es un proceso complejo, que se elabora a partir de la información que aportan las pruebas externas, con datos sobre la realidad socioeconómica del centro y con el asesoramiento de los inspectores», explicaba recientemente Neus Ollé, presidenta de Associació d'Inspectors d'Educació de Catalunya (AIEC).

Pero, pese a su complejidad, «es un protocolo que aún resulta insuficiente, porque se basa en la formación que acredita el maestro y en los informes de la inspección. Posiblemente se podría profundizar más», indicó ayer Palacín. «Con todo, nos consta -agregó- que la Generalitat trabaja ya en un nuevo decreto para la evaluación de centros, que tiene intención de presentar este año».

De hecho, Ensenyament tiene bastante más avanzado otro decreto, el de provisión de plantillas, que contempla la posibilidad de que un profesor sea apartado de su puesto «por evaluación negativa». Del mismo modo, el texto establece que para acceder a una plaza de profesor, ya sea por concurso ordinario o por el nuevo concurso específico, será necesario presentar una evaluación positiva de la actividad docente desarrollada previamente.

PREOCUPACIÓN DE LOS PADRES / La reivindicación sobre la calidad de la docencia es antigua: las asociaciones de padres llevan años reclamando que se hagan evaluaciones en todos los niveles del sistema educativo y que, en el caso de los profesores, no afecten solo a los nuevos, como ocurre ahora. En su opinión elevar la nota de ingreso en las facultades de Educación, como están haciendo ya las universidades, a instancias de la Generalitat, no es una medida eficaz, si no se evalúa a quienes están ya dando clases en colegios e institutos. «Habría que establecer filtros para asegurar que quien ejerce la carrera docente está bien preparado e insistir en la formación continua, que debería ser obligatoria», propone la Fapaes, entidad que agrupa a las ampas de secundaria.

Las reticencias llegan, como era de esperar, de los sindicatos de maestros, que exigen que cualquier acuerdo para someterles a evaluaciones de calidad (aunque sean autoevaluaciones a partir del cumplimiento de unos objetivos) debería de adoptarse previo diálogo con los afectados. «Si no se hace adecuadamente, esto puede acabar en un choque de trenes», ha advertido CCOO en algunas ocasión.