CAMBIOS EN LA LLEGADA DE LOS HIJOS

Las matronas piden que la sanidad pública asuma el parto en casa

Cristina Trillo, en el proceso del nacimiento de su hija, que se desarrolló en su domicilio de Barcelona.

Cristina Trillo, en el proceso del nacimiento de su hija, que se desarrolló en su domicilio de Barcelona.

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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Parir en casa siempre ha sido legal en España, pero esta opción, cuya demanda resurge lentamente en Catalunya tras decenios de escaso protagonismo, no está financiada por la sanidad pública. En el 2013, año en que hubo 71.771 nacimientos, 393 mujeres parieron en su domicilio en Barcelona, asistidas por dos matronas que ellas mismas contrataron. Fueron 33 más que en el 2009. En toda España, nacieron en casa 711 niños en el 2013 y, al igual que en Catalunya, crece lentamente la cifra de mujeres que deciden traer al mundo a su hijo prescindiendo de la seguridad y tecnificación obstétrica de los hospitales. De hecho, la rehúsan. Optan por un parto sin anestesia, en el que dirigen el proceso del nacimiento en un ambiente confortable, atendidas por las matronas y con un plan B organizado -un coche en la puerta de casa- por si la situación se complica y han de ir con urgencia a un hospital. Así sucede en el 10% de los partos domiciliarios.

Estos aspectos han sido asumidos por la Associació Catalana de Llevadores (ACL), que defiende que las áreas de parto de los hospitales tiendan a ser espacios agradables, no tecnificados y sin presencia médica aunque próximos a las zonas obstétricas, o bien poder atender profesionalmente el parto en el domicilio de la gestante. "La madre tiene derecho a decidir si quiere parir en su casa o en el hospital", resume Gemma Falguera, presidenta de la ACL.

Modelo británico

Modelo británicoEste organismo, que agrupa a las 1.200 matronas en ejercicio, prevé proponer a la Conselleria de Salut que el parto domiciliario se incorpore al programa con que en la actualidad se atiende el embarazo en los centros sanitarios públicos. La propuesta de la ACL se apoya en el incremento de la demanda y en el último informe del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (NICE), de Gran Bretaña, que sostiene que los nacimientos atendidos en espacios sanitarios poco medicalizados -casas de partos próximas a los hospitales, o en el domicilio- registran menos infecciones y mayor satisfacción materna que los ocurridos en los centros sanitarios. Aceptar esta posibilidad implicaría una transformación radical de la red de atención al parto de Catalunya, y exigiría incorporar al sistema a varios centenares de matronas. Las actuales son insuficientes.

La Generalitat conoce pero no suscribe en su totalidad la iniciativa de la ACL (propuesta que aún no ha recibido oficialmente). Ramon Escuriat, coordinador de la estrategia denominada Atención Natural del Parto Normal, que agrupa a 32 hospitales públicos, asume la posición de un número creciente de embarazadas que solicitan la mínima intervención médica en el nacimiento de sus hijos, pero no incluye entre los planes de transformación de esa asistencia el desplazamiento al domicilio de las matronas adscritas a la sanidad pública, con todo lo que ello implicaría. La demanda de parto domiciliario registrada en estos momentos no justifica dar ese paso, indicó Escuriat. "Sé hacia dónde vamos, y estamos atentos a lo que las mujeres solicitan -afirmó-. Hemos medicalizado demasiado todo lo que rodea al nacimiento, pero, antes de llegar al parto en casa, consideramos que hay muchas cosas por hacer: promover espacios más confortables o crear salas vinculadas al área obstétrica no necesariamente situadas dentro de los hospitales, por ejemplo".

El nacimiento de un hijo, dónde, cómo y junto a quién parir, es en estos momentos objeto de debate entre un amplio sector de mujeres en edad de ser madres, y también entre algunos obstetras. Eduard Gratacós, que dirige las unidades maternofetales de la Maternitat del Clínic y del Hospital de Sant Joan de Déu -atienden más de 6.000 partos al año- comparte la necesidad de humanizar los espacios destinados al nacimiento, objetivo ya emprendido, pero rehúsa la idea de prescindir del hospital. "Un parto de bajo riesgo se puede complicar -afirma Gratacós-. Se puede morir de parto, o concluir con la muerte del niño, lo que se convierte en un cataclismo para toda la vida". Gratacós defiende que los espacios de parto hospitalarios se parezcan cada vez más a una casa, pero no a la inversa. "En un parto, lo primero ha de ser la seguridad de madre e hijo. Después, el confort".