La aplicación de los recortes

Las farmacias, a rastras

Servicio 8 Almacén de la distribuidora de medicamentos Federación Farmacéutica en Gavà.

Servicio 8 Almacén de la distribuidora de medicamentos Federación Farmacéutica en Gavà.

JOSEP SAURÍ / ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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Hartos de polémicas, los farmacéuticos catalanes han optado esta vez por no pronunciarse en la enésima controversia en torno al euro por receta. No hay comentarios por parte del Consell de Col·legis de Farmacèutics sobre el choque de administraciones ni la presunta invasión de competencias que supone la medida. Lo que sí les ocupa y les preocupa es el anuncio de ayer del portavoz del Govern, Francesc Homs, de que la suerte está echada y el euro por receta empezará a aplicarse el 23 de junio. Nada de aplazamiento hasta el 1 de julio, como habían pedido repetidamente los farmacéuticos para evitar el«follón» que se les avecina en su facturación mensual. Una decisión que no tienen otro remedio que acatar, aunque sea a regañadientes.

Para más inri, coincidirá con la verbena de Sant Joan, jornada ya de por sí intensa en las farmacias. En todo caso, el Govern ve claro que el ensayo general realizado a finales de mayo demostró que la compleja maquinaria está engrasada y«todo está a punto»para poner en marcha el euro por receta. La red informática de banda ancha (ADSL) que gestionará el cobro, comparable a la de un banco, superó con éxito una prueba en la que procesó más de 15.000 recetas en una hora. En ella se ha trabajado durante cuatro meses, para que los datos del usuario registrados por el Servei Català de la Salut, situación fiscal incluida, lleguen de forma instantánea a la pantalla del farmacéutico y este sepa si ha de cobrarle el euro, si está eximido por sus escasos recursos o si ya ha alcanzado el tope anual de 61 euros.

«Ha sido muy complicado, mucho más de lo que parecía al principio. Esperemos que funcione sin perjudicar a los pacientes, y sin que complique aún más la vida de los farmacéuticos»,reflexionaba días atrás el vicepresidente del Col·legi de Farmacèutics de Barcelona, Francesc Pla,

De lo que sí se quejan amargamente fuentes colegiales es del impacto que tendrá en su contabilidad el hecho de que el arranque no coincida con el fin de mes, lo que les va a doblar el trabajo administrativo al tener que cerrar dos balances de facturación mensual, uno anterior y otro posterior al día 23. Otra alegría, después de que en octubre pasaran a cobrar a 60 días en vez de los 30 de hasta entonces.

Recaudadores

Sabido es y reiterado está, por otra parte, que la medida en sí no gusta nada a los farmacéuticos. Desde que se anunció su implantación, no han perdido ocasión de expresar su desagrado por la carga de trabajo que les va a suponer y, sobre todo, por tener que convertirse en«recaudadores de impuestos», en palabras de su presidente, Jordi de Dalmases, quien en su día lamentaba que les toque«dar la cara una vez más»ante los ciudadanos. Ayer mismo la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac) se expresaba en términos parecidos y advertía que la medida puede implicar«inequidades en el acceso a la prestación farmacéutica».

Y como ya se sabe que toda situación, por mala que sea, es susceptible de empeorar, los farmacéuticos catalanes ven venir nubarrones más oscuros si cabe y temen que, sin tiempo para reponerse del euro por receta de Salut, se les eche encima el copago de Sanidad, que según el decreto ley debería aplicarse a partir del 1 de julio. Pla calificaba de«prácticamente imposible»tener listo el sistema -mucho más complicado, a su juicio, que el del euro por receta- antes de seis meses. Veremos. .