reivindicación educativa

Las familias acusan a Rigau de postergar la escuela inclusiva

Martí (en el centro) y Òscar (agachado), con su compañero de curso Youssef, a la salida del instituto Icària de Barcelona, ayer.

Martí (en el centro) y Òscar (agachado), con su compañero de curso Youssef, a la salida del instituto Icària de Barcelona, ayer.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
BARCELONA

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Quieren ser actor, el uno, y fotógrafo, el otro. Y aunque todavía les queda tiempo para acabar de decidirse, ahora mismo los dos tienen clarísima la vocación. Martí, de 14 años, y Òscar, de 15, son alumnos de tercer curso de ESO en el instituto Icària de Barcelona, a pesar de su condición de estudiantes con necesidades educativas específicas. Ellos siguen las clases ordinarias con el resto de compañeros de curso, pero durante unas horas al día acuden a una unidad de apoyo educativo especial (USEE), donde les dan refuerzo en función de su discapacidad.

«Es una solución, sí, pero muchas veces resulta insuficiente», lamenta Víctor Saura, el padre de Martí. Si su hijo está matriculado en un instituto convencional, en lugar de ir a un centro de educación especial, es «porque con un acompañamiento, él podría aprender a valerse por sí mismo en un entorno de normalidad y ganar autonomía». A la vez, sus compañeros de clase «pueden aprender a convivir con personas que son diferentes a ellos». Es lo que se conoce como escuela inclusiva.

Pero la realidad, lamenta Saura, es que Martí se ha encontrado, a lo largo de sus años de escolarización, con profesores que no sabían qué hacer con él en clase y que veían con alivio los ratos en que los chicos con necesidades específicas se iban a hacer refuerzo en la USEE. «Si los docentes no apuestan por este modelo, no hay una integración real», denuncia el progenitor.

PLAN ESTRATÉGICO / «Un año más, el curso escolar ha empezado con mal pie y sin que la escuela inclusiva figure entre las prioridades de la Conselleria d'Ensenyament», lamenta Noemí Santiveri, portavoz de la plataforma Ciudadana para la Escuela Inclusiva en Catalunya, que recuerda que existe un mandato del Parlament, aprobado el pasado mes de abril, por el que Ensenyament debería de haber presentado ya «un plan estratégico de atención a la diversidad en el marco de una escuela inclusiva», indica.

Fuentes de la conselleria que dirige Irene Rigau aseguraron ayer que el plan se encuentra en una fase de elaboración muy avanzada y reiteraron que se «trata de una prioridad para el departamento». De hecho, afirmaron, la consellera se comprometió el pasado 25 de septiembre, en una comparecencia parlamentaria, a regresar -previsiblemente antes de finales de año- para presentarlo ante la comisión de educación de la Cámara catalana.

«Pero mientras tanto, en los últimos cuatro cursos, se ha reducido al menos en 3,3 puntos el porcentaje de alumnos con necesidades educativas específicas que estudian en centros docentes ordinarios», critica la portavoz de la plataforma. «Solo que un niño salga del sistema, es un fracaso, un retroceso», agrega antes de recordar que este modelo educativo es «uno de los principios rectores de la escuela catalana, como recoge la ley de educación de Catalunya, la LEC».

Y no es un problema solo de recortes o de falta de recursos, sostienen. «Es una cuestión de creer o no creer en el modelo», reitera la portavoz de los padres. «Aunque es cierto que a principios del curso pasado se redujo la plantilla de personal de apoyo, los vetlladors, y que más tarde Ense-nyament rectificó y volvió a contratar a algunos», añade.