AUDIENCIA DE LLEIDA

El padre de Nadia: "No he hecho teatro, todo lo hice por mi hija"

El padre de Nadia Nerea pide dormir en un hotel durante el juicio y los jueces lo rechazan

El padre de Nadia Nerea pide dormir en un hotel durante el juicio y los jueces lo rechazan / RAMON GABRIEL

J. G. Albalat

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"No he hecho nada de teatro, ni de cine ni de actor, todo lo hice por mi hija", ha  asegurado el padre de Nadia Nerea, Fernando Blanco, en su turno de última palabra y antes de que quedara visto para sentencia el juicio que se ha celebrado en Lleida contra él y su mujer, Margarita Garau, por presuntamente estafar a centenares de personas al recaudar fondos alegando que la vida de la menor corría peligro por la enfermedad rara que sufría. "Inicié todo esto por mi hija y para alargarle la vida (...) mi mujer firmó todo lo que le he puesto. Lo que el fiscal pide es condenar a la Nadia", ha insistido. La acusada también ha hablado: "Nunca he utilizado a mi hija para nada, solo la he cuidado 24 horas al día. Necesito recuperar a mi hija. Fernando es un buen padre". L.a defensa del progenitor ha solicitado su libertad, pero la fiscalía se ha opuesto. El tribunal decidirá en los próximos días. Los dos imputados se enfrentan a una pena de seis años de prisión.

Para el fiscal Pedro López, el padre de Nadia es un “fabulador” y “embaucador” que utilizaba el “chantaje emocional” para recaudar fondos con el argumento de que su hija tenía una enfermedad rara y que su vida corría peligro, cuando no era cierto. “Como guionista o actor hubiera tenido más éxito que en estas lides”,  ha expresado en su informe final, y de ahí las últimas palabras de Blanco. “Han hecho mucho daño a las asociaciones para la investigación de enfermedades raras. Ahora todos dudan”, ha lamentado el ministerio público.

El fiscal ha defendido su postura de que el matrimonio utilizó como argucia para recaudar fondos (hasta 1,2 millones de euros) la enfermedad que desde el nacimiento, en el 2005, padecía su hija. “El señor Blanco seguro que ha visto 'Doctor House'", ha ironizado la acusación pública para hacer hincapié en que Blanco se había inventado que la menor sería sometida a unos inexistentes tratamientos genéticos en centros de París y Houston. Y, sarcásticamente, ha agregado que supuestamente viaejó más allá de la Unión Europea sin tener pasaporte. A la vez, ha sostenido que la asociación creada por los padres de Nadia para captar fondos es como "la pistola para cometer un atraco". Es decir, un instrumento para el engaño.

“Ha engañado a los medios de comunicación, a su familia, a su mujer e, incluso, a la Iglesia, que cedió locales para actividades para la recaudación de fondos”, ha recalcado el fiscal. Para la acusación, ese era su medio de vida, porque ni Blanco ni su mujer trabajaban ni tenían ingresos. “No llevaba una vida de superlujo, pero si holgada”, ha explicado.  “Ustedes han expuesto a su hija”, ha espetado el fiscal dirigiéndose a los dos acusados. "Han convertido lo que para cualquier padre sería una desgracia, en un modo de vida, como si les hubiera tocado una bonoloto".

Un engaño cada vez mayor

“Se fue de Mallorca, donde dormían todos en un colchón, a un chalet de alto estánding de Fígols” para continuar, en su opinión, viviendo del dinero que recaudaban para el tratamiento de la niña. De estos fondos, sostienen los investigadores, solo se gastaron unos 2.700 euros en médicos. En la vivienda, ha recordado, había hasta una colección de relojes por valor que oscila entre los 50.000 y 60.000 euros. “Se encontró con mucho dinero de golpe y, como nuevo rico, se compró un coche nuevo”, ha recalcado la acusación que, además, ha detallado que las huchas con la recaudación estaban en el garaje de la vivienda llenas de polvo. “El engaño va in crescendo y se adapta a la situación. Si hace falta decir que tengo un cáncer, pues bueno”, ha recalcado.

De la mujer, Margarita Garau, ha alegado que "no es tonta" y que colaboró con su marido para la gestión de los fondos. El fiscal se ha preguntado: "¿Cómo puede ser que la madre de la menor que, según ella, no se puede separar nunca de su hija, no acompaña al padre en los viajes para operar a la niña?". Él mismo se ha respondido: "Claro, porque es mentira".

La acusación ha ido desgranando cada uno de los testigos y ha hecho especial mención a Mercè, la vecina del matrimonio imputado que cuando fue detenida Margatira Garau se quedó con la niña. "Le dijo que había volado a Mallorca y Paris, a Eurodisney, pero nada más", ha explicado. Nada de Houston ni otros lugares remotos. 

Para la fiscalía el "engaño" utilizado por los padres es "el suficiente" para considerar que los imputados han cometido un delito de estafa. Un ejemplo de ello son las "argucias" que iban usando los padres de Nadia para lograr sus objetivos, como inventarse de que el padre tenía cáncer de páncreas. Para sus manejos, además, hicieron servir a los medios de comunicación.

¿A dónde ha ido el dinero?

El defensor de Blanco, David Peña, ha admitido que no puede probar los viajes de su cliente a Houston para un tratamiento genético para su hija, pero que tampoco duda ello. El letrado ha insistido en que no existe estafa ni engaño, pero también ha precisado que “lo que ha pasado con ese millón [el recaudado] nunca lo sabremos”. Ha explicado que nadie preguntó ni comprobó si existían esos viajes al extranjero o las clínicas de Estados Unidos y que el padre habló siempre de alargar la vida de la niña, no de su muerte.

El letrado solo ha reconocido que en ocasiones el padre de Nadia “exageró” en las entrevistas. “Él actúa como padre, por un mal que padece su hija”, ha alegado. En caso de que se considere que cometió delito, el abogado ha solicitado que se aplique la atenuante de estado de necesidad (captar fondos para ayudar a su hija) y reparación del daño (se intentó devolver dinero y hay 300.000 euros bloqueados judicialmente) y solo se le condene a dos años de prisión, el tiempo que ha estado en la cárcel. Alberto Martín, abogado de Margarita Garau, ha reiterado que la acusada no hizo gestiones y "actuó de buena fe" y confiando en el marido. Ha negado que la mujer utilizara a su hija y hubiera estafado a nadie. "Es posible que se haya equivocado en algunas cosas graves, incluso en su matrimonio", ha sentenciado el togado para desvincularla de su marido.