REFORMA HORARIA

Lleida adapta su hora a Europa

Un comercio cierra antes del horario habitual en Lleida.

Un comercio cierra antes del horario habitual en Lleida. / periodico

DAVID GARCÍA MATEU / BARCELONA

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Lleida quiere horario europeo. Ya lo demostró unánimemente con la moción aprobada en el pleno de la Paeria el pasado mes de octubre, y este miércoles lo ha vuelto a poner de manifiesto. Más de un centenar de establecimientos se han sumado a la prueba piloto que invitaba a bajar la persiana a las 19 horas. Solo se trata de una experiencia más, pero “la cuestión es hacer pedagogía ciudadana sobre la necesidad de una mejor conciliación familiar”, incide Jordi Espuña, que reivindica el cambio desde su tienda de calzado en la capital del Segrià.

GRANDES Y PEQUEÑOS UNIDOS

En la jornada por la reforma horaria, organizada por la asociación Slow Shop Lleida, participan patronales y entidades comerciales como PIMEC, FECOM, Cambra de Comerç, el Eix Comercial, entre otras. De hecho, franquicias como Zara y Oysho también se han apuntado a echar el cierre antes de lo que es habitual en Catalunya y España.

La presidenta de Slow Shop Lleida, Juliana Fernandes, apunta que se trata simplemente de conciliar el horario laboral con el familiar. "Lo que sucede es que pasamos muchas horas con las tiendas cerradas durante el mediodía-tarde y es un tiempo que resulta completamente improductivo”. ¿La solución? “Reducir las más de dos horas que destinamos a comer para así poder salir antes del trabajo”, expone.

CONCIENCIAR A LA POBLACIÓN

Para los negocios que se han sumado a la propuesta, la jornada de este miércoles se resume en  “concienciar a la población y hacer pedagogía sobre los beneficios que tiene asumir el horario europeo”, explica Rosabel Trench, quien, por su propia cuenta, ya ha ajustado la jornada de su tienda de regalos a lo que pretende conseguir la propuesta: “Con el cambio de horario de invierno, he recortado la jornada y en lugar de cerrar a las 20.30 horas, cierro a las ocho de la noche”. Hoy además ha abierto con un horario todavía más recortado: de 10 a 14  y de 16 h a 19 h.

Muchos comerciantes temen que la reforma horaria les pueda acarrear pérdidas económicas. Fernandes no cree que esto suceda y recuerda que estos ajustes no solo han de afectar al sector comercial, sino que se debe ampliar "a toda la dinámica social, junto al resto de servicios privados y públicos”. “Si la gente sale antes del trabajo, irá a comprar antes, cenará antes e incluso el personal de los restaurantes y servicios nocturnos podrá acabar más pronto”, argumenta.

DESDE EL PARLAMENT HASTA LA CALLE

El diputado de Junts pel Sí Fabián Mohedano es la cara más reconocida del movimiento que reclama el horario europeo. Va de municipio en municipio exponiendo su idea: “No se trata de que vayamos dos horas por detrás de nuestro huso horario, sino que se trata de un cambio en la organización de la jornada; los pequeños comerciantes no quieren trabajar tantas horas como hacían sus abuelos”, explica.

Una circunstancia que, sostiene, “no se puede cambiar a golpe de ley, sino con la promoción de políticas públicas que ayuden a un cambio de horario de consumo”, concluye.