el futuro de la política antiterrorista

Interior mantendrá de momento la alerta policial y los escoltas

Antonio Camacho se reúne con los responsables de la lucha antiterrorista, ayer en el Ministerio del Interior.

Antonio Camacho se reúne con los responsables de la lucha antiterrorista, ayer en el Ministerio del Interior.

MAYKA NAVARRO
MADRID

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para los responsables de la lucha antiterrorista no hay más lectura que la de que ETA ha sido derrotada policial y judicialmente. Detenida y encarcelada. Acompañado de los responsables de la Guardia Civil y la Policía Nacional, el ministro del Interior, Antonio Camacho, leyó a primera hora de la mañana un comunicado en el que recordaba que han sido las fuerzas de seguridad las que han hecho claudicar a la banda sin que haya conseguido ni uno solo de sus objetivos. Y advirtió de que la prudencia obliga a mantener la misma política antiterrorista que el día anterior al comunicado. En otras palabras, que, por el momento, no se moverá ni a uno solo de los agentes desplazados en Francia, ni a los que se dedican en las labores de información antiterrorista desde los servicios centrales de la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Los principales sindicatos policiales no tardaron en salir al paso y advertir de que sería un error bajar la guardia. Y recordaron, como lo hicieron en las últimas horas los responsables de los cuerpos de seguridad, que ETA, pese a su anunciado adiós a las armas, conserva un importantísimo arsenal con el que, si ya no piensa cometer más acciones terroristas, tendrá que hacer alguna cosa. Para los responsables de la lucha antiterrorista se abre ahora una nueva etapa de máxima cautela, de prudencia, pero que para nada implica bajar la guardia. ETA mantiene medio centenar de pistoleros y una cúpula. Con activistas perfectamente identificados, como los tres que grabaron vídeo en el que anunciaban el «cese definitivo de la actividad armada», y que conservará su presencia en Francia a la espera de lo que ahora hagan los gobiernos.

¿Cuánto puede durar esa espera? Para empezar, ETA aguardará la formación del nuevo Ejecutivo que salga de las urnas tras el 20-N. Al renunciar a la lucha armada, la banda no solo renuncia a matar, renuncia también a realizar labores de captación de nuevos militantes, y termina también la recopilación de material para una hipotética vuelta a la actividad criminal. Ese escenario, ahora mismo, es más que improbable. Pero no sería la primera vez que ETA aprovecha los parones de las treguas y altos el fuego para reunir información sobre nuevos objetivos de atentados, reorganizar comandos y abastecerse de material para la fabricación de explosivos.

Los responsables antiterroristas consultados insisten en que ese no sería ahora el escenario, pero se mantendrá la presión policial en Francia. «Y si se identifica a alguien en busca y captura, que nadie tenga la menor duda de que se va a detener, como se ha hecho hasta ahora. Su alto al fuego no paraliza la actividad policial», subrayó un responsable de la lucha contra ETA.

LA MISMA INTENSIDAD / Algo parecido dijo el ministro Camacho durante su intervención: «El planteamiento, a partir de ahora, es seguir trabajando con el mismo rigor, con la misma intensidad, con la misma dedicación que ha permitido que hoy los españoles puedan celebrar el fin de la violencia». Los responsables de la Ertzaintza se manifestaron en términos muy similares. Y aunque es verdad que en la dirección del departamento vasco de Interior ya existe un plan para recolocar a casi un centenar de policías que ahora realizan funciones de escolta, lo cierto es que ninguno de los casi 300 guardaespaldas de la Ertzaintza que trabajan en el País Vasco dejó ayer de desempeñar estas mismas funciones.

Precisamente, la Asociación Española de Escoltas acusó al Gobierno vasco de haberse precipitado al anunciar que estudiará el recorte o la eliminación de guardaespaldas que dan protección a amenazados, ante la «nueva situación» creada a raíz del comunicado de cese definitivo de la actividad armada.