POLÉMICA CONTRA LOS GAIS

El increíble obispo mutante

Xavier Novell, obispo de Solsona.

Xavier Novell, obispo de Solsona. / periodico

ALBERT SÁEZ

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Francesc Xavier Novell fue en su día el obispo más joven de España, de edad pero no de ideas. Y desde entonces ha logrado en más de una ocasión convertir la minúscula diócesis de Solsona en una caja de reverberación mediática. La última andanada fue su alocución dominical del pasado 21 de mayo cuando se descolgó con esta lacerante intervención: "Me pregunto si el fenómeno creciente de la confusión en la orientación sexual de muchos adolescentes no será debida a que en la cultura occidental, la figura del padre estaría simbólicamente ausente, deslucida. ¿Incluso la virilidad parecería cuestionada?". Los colectivos en defensa de la libertad sexual y de los derechos de los homosexuales no atendieron a la formalidad retórica de la pregunta ni dieron credibilidad al verbo condicional. Pidieron rápidamente su reprobación, entre otras cosas porque ya le tenían en el punto de mira. En abril de 2012 salió en defensa del obispo de Alcalá, el tridentino Reig Pla que identificó la homosexualidad con la prostitución en el sermón de una misa retransmitida por la televisión pública. Tras el escándalo de ahora, Novell guardó silencio. El domingo pasado salió escoltado por los Mossos de la misa en Tárrega. Y el miércoles el ayuntamiento de Cervera le declaró persona non grata. Curiosamente con los votos a favor del PDECat y la CUP y en contra de Esquerra. Finalmente el jueves, Novell hizo pública una nota que sus compañeros obispos querían de rectificación en toda regla pero en la que se limitó a pedir disculpas a las personas que se pudieron sentir "dolidas" con sus palabras. Tras citar la llamada al respeto para todas las personas del papa Francisco, reivindicaba el derecho de los obispos a explicar la doctrina católica frente a los partidarios de la "ideología del género". 'Sostenella y no enmendalla'.

¿Por qué este joven obispo se mete en tantos berenjenales? Las versiones de su entorno son diversas. El estereotipo le pinta como un ultraconservador que ha buscado desde el primer momento hacer carrera. Su edad le permite soñar con cualquier destino en una gran diócesis: desde Barcelona o Tarragona hasta el coprincipado de Andorra. "No es un calculador" dice un buen amigo suyo. Más bien al contrario. Dicen que le cuesta anticipar las consecuencias de sus actos y que raramente atiende las advertencias de sus colaboradores. Otras fuentes eclesiales consideran que el problema de Novell es que es demasiado voluble. En el tema de la independencia de Catalunya ha protagonizado polémicas contradictorias. En el 2013prohibió a los curas de Solsona que tocaran las campanas por la Via Catalana en la Diada. Mientras que en 2014 llamó a los feligreses a votar en la consulta del 9-N para decidir el futuro de Catalunya. Este tipo de piruetas son las que sirven para atizar su imagen de ambicioso dispuesto a que hablen de él aunque sea aparentemente mal como le ocurrió cuando se prestó a dejar entrar en su casa a Albert Om con las cámaras de TV-3. Sus defensores atribuyen este tipo de tozudeces a una clarividencia que le lleva a sostener sus aparentes contradicciones.

Lo cierto es que Novell ha dado varios giros dramáticos en su biografía. Sufrió una súbita conversión en la postadolescencia que le llevó al seminario en unos años en que casi nadie se planteaba esta opción. Llegó al sacerdocio cargado de misticismo y fue un discípulo aventajado del obispo que le ordenó, Antoni Deig, que en el verano del 1993 pidió una conferencia episcopal catalana "independiente" de la española adelantándose más de veinte años a lo que después vendría políticamente. Novell ya saltó a la palestra en el subsiguiente concilio catalán cuando pidió que se aceptara la confesión comunitaria, un anatema en los años de plomo de Juan Pablo II. El segundo giro lo protagonizó con quien ha sido su predecesor y mentor episcopal, Jaume Trasserra. Este jurista discreto le envió a doctorarse en la Universidad Gregoriana de Roma pero no residió en el colegio de los obispos españoles sino en el de los franceses. Allí descubrió la vertiente menos mística de la Iglesia. E inició una fulgurante carrera hacia el episcopado y hacia el estrellato mediático.

Si su propósito es medrar, este tipo de polémicas no le van a ayudar en los tiempos que corren con el papa Francisco que se ha negado a "condenar" a quienes no siguen las directrices morales de la Iglesia. Las jaculatorias no se llevan ahora en Roma. Sabedor de esta realidad, la tozudez payesa de Novell le impide por ahora un tercer giro en su biografía para acercarse a los postulados del papa Francisco