Guardiaciviles acusados secuestro afirman que investigaban caso narcotráfico

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Los dos agentes de la Guardia Civil acusados de secuestrar a un vecino de Girona, llevarlo esposado a una zona boscosa, amenazarle con una pistola y exigirle dinero han negado estos hechos durante el juicio que se celebra en la Audiencia de Girona y han mantenido que investigaban un caso de narcotráfico.

Los dos han detallado que supieron a través de los otros dos procesados, el dueño de una empresa de Sils, Manuel R.P., y un vecino de Santa Coloma de Farners, Manuel D.D., que la víctima se dedicaba al tráfico de drogas.

Aunque ambos agentes pertenecían al cuartel de Igualada, en la provincia de Barcelona, su versión es la de que aquel 6 de noviembre de 2013 decidieron aprovechar un viaje a Girona para comprobar si esas acusaciones eran ciertas, aunque estaban fuera de servicio.

Los agentes han insistido en no haber hecho "nada malo" y han declarado que su intención era confirmar las sospechas y trasladar la información a la comandancia de la capital gerundense.

Los dos han negado que agredieran tanto a la víctima, que tenía antecedentes por tráfico de drogas, como a su mujer, que estaba embarazada, y, según ellos, las lesiones de ambos, que fueron confirmadas por los forenses, se las hicieron ellos mismos cuando esposaron el hombre por mostrarse "agresivo".

La versión que han dado los cuatro acusados contradice la del denunciante, que ayer aseguró que le esperaron en el portal de su casa, lo cargaron en un coche y lo llevaron a un descampado donde le golpearon para que les entregara entre 50.000 y 100.000 euros.

Los dos agentes han explicado que mantenían relaciones comerciales con uno de los procesados, que tenía un negocio de compraventa de ropa en Tánger.

El otro acusado le explicó al anterior que consumía cocaína y que su proveedor, en este caso la víctima en este juicio, le reclamaba una deuda inexistente.

La solución que encontró fue ponerlo en conocimiento de los guardia civiles con los que tenía trato comercial por si querían hacer méritos con un asunto relacionado con el narcotráfico.

"No era la primera vez que lo hacíamos y en otras ocasiones había salido bien", han mantenido los policías, mientras que la víctima explica que lo secuestraron y que, cuando los convenció para subir a su domicilio a por 10.000 euros que les entregaría, aprovechó para contactar con la policía.

Esos agentes descubrieron a los guardiaciviles en actitud sospechosas y, al pedirles que se identificaran, ambos mostraron sus placas y aseguraron que eran de Barcelona y que estaban en pleno operativo antidroga.

Ambos fueron trasladados a la comandancia de Girona donde su responsable desmontó esta versión y les retiró el arma y la credencial.

El fiscal ha mantenido la petición de nueve años de prisión para los dos guardiaciviles y de ocho años para los otros dos procesados por delitos de robo con violencia, detención ilegal y lesiones.

La acusación particular solicita 29 años de cárcel para los dos cómplices y 38 para los agentes, porque, además de los delitos que señala la fiscalía, considera que los cuatro enjuiciados formaban un grupo criminal.

Las defensas han mantenido la petición de absolución y los abogados de los dos guardias han pedido que, en caso de condena, les apliquen una eximente completa por actuar cumpliendo con sus funciones.

El juicio ha quedado visto para sentencia.