Las tecnologías de posicionamiento

Galileo vuela al espacio

Primero satélites del sistema de navegación europeo Galileo

Primero satélites del sistema de navegación europeo Galileo / PM

MICHELE CATANZARO
BARCELONA

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Desde la semana pasada, dos satélites están encerrados en una cápsula, en un cohete Soyuz, en el puerto espacial europeo de Kourou, en la Guayana Francesa. El despegue del cohete marcará mañana el inicio de la fase final de Galileo, el proyecto coordinado por Javier Benedicto con el que Europa pretende plantar cara al GPS estadounidense, el sistema de posicionamiento que se utiliza en móviles y navegadores, entre otras muchas aplicaciones. Los dos satélites son los primeros de una constelación de 30 que la Comisión Europea (CE) y la Agencia Espacial Europea (ESA) prevén completar en el 2020.

Este lanzamiento, en el que colaboran las empresas del sector aeroespacial catalán GTD y Mier Comunicaciones, empieza a convertir en realidad una iniciativa que dio sus primeros pasos a finales de los años 90. Sin embargo, el éxito de Galileo dependerá de su capacidad de atraer inversiones y de ganarse un espacio entre sistemas parecidos: China ya tiene lanzados tres satélites de Beidou y EEUU planea actualizar el GPS, lanzado en los años 70.

«Que todo el mundo esté invirtiendo en esta tecnología quiere decir que es estratégica», apunta Javier Ventura, portavoz de la ESA en España. «La CE calcula que un 6% del PIB europeo depende de los sistemas de posicionamiento: no podemos permitirnos que tengan discontinuidades sin poderlos controlar», apunta.

APLICACIONES / Además de independizar a Europa del sistema norteamericano, por medio de un sistema civil (el GPS depende del Ejército) y con una tecnología mejorada, Galileo fue ideado para un sinfín de funciones. Una localización más precisa permitirá crear sistemas de rescate para barcos perdidos, evitar accidentes de trenes, optimizar la agricultura... Sin contar todas las aplicaciones personalizadas. «Se calcula que en el 2020 habrá 1.000 millones de receptores, frente a los 500 actuales, y la mayoría estarán en móviles», observa Ventura.

«Los sistemas de posicionamiento permiten localizar un dispositivo en base a la posición de al menos cuatro satélites y al tiempo necesario para que sus señales lleguen de cada satélite al dispositivo», explica Jaume Sanz, investigador de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) que está desarrollando algoritmos para Galileo. Las principales ventajas del sistema europeo, explica, son la precisión de los relojes instalados en los satélites y las características de las señales usadas, que permiten una localización más exacta.

«Hasta mediados del 2012 mediremos y observaremos los primeros dos satélites para probarlos, luego lanzaremos dos más y así tendremos el primer embrión del sistema», cuenta Ventura. Entre el 2012 y el 2014 se enviarán 14 satélites más (cinco lanzamientos dobles ya están contratados con otras tantas naves Soyuz). «Con 18 satélites en órbita, ya se activarán los servicios para el público y las administraciones y de rescate», indica Ventura. En el 2020, según el calendario del portavoz de la ESA, se lanzarán los 12 satélites restantes y se activarán los servicios de seguridad, con aplicaciones, entre otras, en la aviación civil, y el modo cifrado para aplicaciones comerciales, más preciso que el abierto.

La CE valora el coste total del proyecto en unos 6.000 millones de euros, más un mantenimiento de 800 millones al año a partir del 2020. «No está claro si Galileo atraerá el interés comercial, entre otras razones por la competencia de otros sistemas», afirma Frans von der Dunk, profesor de Derecho del Espacio en la Universidad de Nebraska-Lincoln, expresando una opinión compartida por diversos expertos.

60 CRISTIANO RONALDO / En el 2007 la UE renunció a la idea de dar Galileo en concesión a empresas privadas porque ninguna estaba dispuesta a asumir la inversión. «No está claro si las empresas querrán pagar por una señal más precisa o tendrán suficiente con la del GPS, la del ruso Glonass o la del Beidou», apunta Von Der Dunk. «Habrá un mix de servicios -responde Dagoberto Salazar, otro investigador de la UPC implicado en Galileo-. Merece la pena invertir: en el fondo su coste es el de 60 Cristiano Ronaldo».