LA LUCHA CONTRA UNA LACRA

Fraude alimentario: faltan controles y sobran vacíos legales

Los expertos coinciden en que hay que acabar con las lagunas de la legislación alimentaria e intensificar las inspecciones

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Manuel Vilaseró

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¿Qué está fallando para que tan a menudo se nos dé gato por liebre? Faltan controles y una normativa más eficaz. Este es el dictamen de los expertos. 

Miguel Ángel Lurueña, doctor en ciencia y tecnología de los alimentos y autor del documentado blog 'Gominolas de petróleo', cree que deberían intensificarse los controles pero también entiende que por más que se pongan nunca serán suficientes. "Es equiparable a lo que ocurre cuando conducimos. No se puede poner a un guardia civil en cada coche, tampoco a un inspector en cada restaurante, pero todos tienen que saber que hay unas normas a respetar y que si las infringes te puede caer una buena multa", sostiene antes de reconocer que en algunos sectores "el fraude es escandaloso por generalizado y todo el mundo lo sabe".

Como en la carne de buey. "Cuando un restaurante te ofrece carne de buey en un menú de 12 euros, eso es impensable; un chuletón ya vale 80 euros". Y lo mismo pasa con el atún rojo o el jamón ibérico. "Desconfíen del sushi con atún rojo de ocho euros. Es imposible", certifica este científico que ahora trabaja de consultor para empresas alimentarias. Una mayor educación del consumidor también podría contribuir a detectar los engaños, cree.  

Agujeros negros

La normativa tiene algunos agujeros negros que convendría llenar, según Miguel Ángel Pardo, el biólogo molecular que ha dirigido el estudio sobre los engaños de los restaurantes. "Es muy curioso, pero si miras la legislación europea, que está traspuesta a la española, los restaurantes no están obligados por ley a poner el producto que ofrecen, sea merluza o lo que sea. Sí están obligados los superpermercados. En un bar puedes poner en la carta 'pescado', sin más precisiones, y ya vale. Hay que corregir este vacío legal", sostiene.

La norma que obliga a los supermercados ha hecho que la situación haya "mejorado muchísimo" en este tipo de tiendas, según el investigador vasco. Ya no es posible hacer pasar el panga, un insulso pez que se cría en el Nilo, por mero, como ocurrió durante años, pero quedan los bares y restaurantes y los miles y miles de puntos de distribución al pormenor.

Ofensiva comunitaria

El fraude a gran escala descubierto en las hamburguesas que en vez de ternera eran de carne de caballo ha provocado que la Unión Europea lidere la lucha contra el fraude alimentario con varias operaciones conjuntas llevadas a cabo por las agencias Europol y la Interpol. La última, ejecutada entre noviembre del 2016 y febrero del 2017, confiscó más de 13.000 toneladas de alimentos y 23 millones de litros de bebidas fraudulentas en 57 países del mundo.

Entre otros engaños, descubrieron nueve toneladas de azúcar mezclado con fertilizantes en Sudán, más de 85 toneladas de aceitunas bañadas en sulfato de cobre, 200 toneladas de carne ilegal de búfalo no apta para el consumo humano, chocolate, dulces y bebidas no alcohólicas adulteradas y dirigidas a los niños en Hungría, Italia, Rumanía y Lituania, carne de mono en Bélgica, y así un largo etcétera.