GENTRIFICACIÓN

Expulsiones más allá de Barcelona ciudad

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Beatriz Pérez

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¿Qué ocurre cuando la gentrificación, fenómeno que expulsa a los vecinos de barrios de toda la vida por la subida de precios, sobrepasa la demarcación de Barcelona y llega hasta zonas de la periferia, como por ejemplo el Baix Llobregat? "Pues que el drama es aún mayor porque quienes vivimos aquí no tenemos un plan B. En estas demarcaciones no hay oferta de alquileres y moverse resulta muy difícil", certifica Elena (nombre ficticio), vecina del número 113 de la avenida de Barcelona, en Sant Joan Despí (Barcelona). 

Las 121 familias que habitan este inmueble, ubicado en Les Planes (un barrio humilde muy cercano a la AP-2, en la entrada a Barcelona por la Diagonal), se enfrentan ahora a una extinción de contratos que amenaza con echarlas a todas a la calle. Algunas ya han recibido burofaxes que o bien les comunican la fecha en que deben entregar las llaves de la vivienda (sin posibilidad alguna de renegociación) o bien les anuncian subidas de entre un 40% y un 100% del alquiler. Actualmente pagan entre 450 y 950 euros al mes.

Este vecindario lleva desde el 2013 residiendo ahí. El edificio, sin embargo, se había construido 15 años atrás, en pleno 'boom' inmobiliario pero, tras el pinchazo, los precios de la venta quedaron sobredimensionados. Ante la imposibilidad de vender y la amenaza de que se produjeran ocupaciones en su interior, el propietario de aquel entonces decidió colocar los pisos en alquiler.

Cambio de propiedad

Pero, aparte de por la ya mencionada extinción de contratos, la situación ha mutado recientemente por otro motivo: el cambio de propiedad del inmueble, algo que los vecinos descubrieron porque, de repente, a algunos les empezaron a devolver recibos. "Entendemos que este cambio se produjo a principios de año, pero nadie nos informó de nada", continúa Elena. A ella le vence el contrato el 30 de abril. 

¿Y quién es el nuevo propietario? Los vecinos desconocen  de momento su identidad, pero sospechan que se trata de alguna filial de Goldman Sachs, dado que este banco de inversión es apoderado de Medasil Desarrollos, la empresa gestora de la finca. Fuentes de esta última, no confirman ni tampoco desmienten que el edificio haya sido adquirido por un grupo inversor. 

En todo caso, para el vecindario es evidente que el nuevo propietario ha aprovechado la extinción de contratos para aplicar fuertes subidas en los alquileres. Ya se han reunido con Medasil Desarrollos y, de momento, no han llegado a ningún acuerdo. "Arguyen que son los precios del mercado y que todo está dentro de la ley. Y tienen razón", reconoce Elena. Aunque a los vecinos les resultará imposible afrontar los "precios de renovación" que les dieron.

"Prevén que quienes ahora pagan 590 euros pasen a pagar 1.000. Es inadmisible. Pedimos subidas razonables", añade esta vecina. Los inquilinos de la finca piden a la empresa gestora una "negociación conjunta" de esta subida, algo a lo que esta se niega. "Si se negocia caso por caso, los más perjudicados serán quienes pagan las rentas más bajas".

Especulación inmobiliaria

"Estamos de acuerdo con que nos suban el alquiler -dice por su parte otro vecino, Julio-. Proponemos un 20% en los próximos tres años. Esto permitiría a las familias buscar una nueva vivienda". Julio cree que todo esto se debe a la especulación inmobiliaria. "Aquí vive gente joven, que cobra salarios de miseria y tiene niños. Quieren que se vayan y que entren personas con mayor poder adquisitivo".

Los vecinos han hablado también con el ayuntamiento. "Sabe que se le puede venir encima un problema muy grande", señala Julio. "Nos ha dado facilidades y ayudado en la intermediación. Pero no se compromete más. Escucha y poco más", agrega Elena.

Fuentes de esta empresa gestora matizan que las negociaciones aún no están cerradas, pero manifiestan su voluntad por llegar a acuerdos. "Estamos preparando propuestas", dicen. Reconocen, con todo, que habrá subidas de alquileres sí o sí: "Para llegar a los precios de mercados tocaría subir entre 100 y 300 euros", concluyen.